En 1989, Krych describió la forma en que una persona, puede pasar de hacer un uso normal de una conducta placentera, a un uso adictivo. Aplicando este proceso a las apuestas deportivas, encontramos la siguiente secuencia:
Proceso y fases hasta la adicción a las apuestas deportivas:
Apuesto de vez en cuando y ello es placentero: me entretiene, divierte y a veces gano dinero.
Empiezo a pensar en lo relacionado con las apuestas con más frecuencia de lo habitual cuando no estoy apostando.
Apuesto con más frecuencia y empiezo a dejar de practicar algunas de las actividades que solía hacer.
Niego ante los demás que esté especialmente centrado o deslumbrado por las apuestas.
Comienzo a tener un deseo muy intenso por apostar (mayor que el vivido inicialmente).
Empiezo a darme cuenta de que mi comportamiento con las apuestas es algo excesivo e intento controlarme. Fallo habitualmente en estos intentos de control.
Apostar ya casi no me produce placer, entretenimiento o diversión, sino que casi siempre apuesto para responder a la necesidad de aliviar el malestar que siento si no apuesto. Este alivio cada vez es menor, por lo que cada vez juego más.
Llega un momento en el que la situación es insostenible: he perdido dinero, relaciones, bienestar, proyectos laborales, académicos… Yo mismo o alguien de mi círculo cercano pide ayuda profesional.
