Para poder ser diagnosticada de manera correcta es importante que la población conozca qué es la ansiedad, cómo se manifiesta en el cuerpo, en qué trastornos se producen estos síntomas físicos y qué tipos de tratamiento existen.
Como ya hemos comentado en otros artículos dedicados a la ansiedad, la ansiedad es una reacción que se produce en el ser humano y que todo el mundo experimenta. Cuando hay un peligro o una amenaza nuestro cuerpo se prepara para dar respuesta. Esta respuesta es fruto de la ansiedad por lo que podríamos decir que, en ocasiones, es un mecanismo de protección.
Sin embargo, a veces nos activamos o preparamos para dar respuesta sin que exista un estímulo o una amenaza o nos activamos mucho más de lo que corresponde. En estos casos estaríamos hablando de una ansiedad patológica porque no es funcional. Al activarnos sin motivo o al activarnos en exceso nos generamos angustia y otro tipo de reacciones desfavorables e inoportunas.
La ansiedad en estos casos puede provocar diferentes tipos de reacciones: fisiológicas, cognitivo emocionales o conductuales. En el artículo de hoy nos vamos a centrar en las primeras, en las fisiológicas o las que se manifiestan en el cuerpo.
Es importante tener en cuenta que para poder reconocer la ansiedad es importante conocer cómo se manifiesta en nuestro cuerpo. Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, 2013) las manifestaciones corporales podrían ser las siguientes:
Además, otras investigaciones también añaden a estos síntomas los siguientes: agitación, tensión en diferentes músculos del cuerpo, cansancio, dolores de cabeza y/o problemas al orinar (dolor o aumento de la frecuencia).
Lo cierto es que los síntomas físicos pueden producirse en cualquiera de los trastornos de ansiedad. Sin embargo, pueden ser más frecuentes o cobrar más importancia en los siguientes:
Además de en estos trastornos de ansiedad, también pueden estar presentes en otros trastornos como: trastorno de síntomas somáticos, trastorno de ansiedad por enfermedad, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), etc.
Existen diferentes tratamientos para los síntomas físicos de la ansiedad. Se debe tener en cuenta que, en muchos casos, los síntomas físicos vienen después de los cognitivos o emocionales. Por ello, es importante realizar un abordaje completo.
Los más eficaces, según diferentes guías clínicas, son los siguientes:
Los medicamentos más utilizados suelen ser los siguientes:
Tal y como comenta de la Mata (2005) el uso excesivo de estos medicamentos puede hacer que se medique en exceso a personas que no lo necesitan. Además, en muchos casos, si no se siguen las pautas indicadas las benzodiacepinas pueden tener efectos adversos como: dependencia al fármaco, deterioro cognitivo, etc. (Markota, Rummans, Bostwick y Lapid, 2016).
Dentro de la terapia psicológica la que más respaldo tiene y más eficaz ha demostrado ser es la Terapia Cognitivo Conductual (TCC). Las técnicas más utilizadas y eficaces son las que explicamos en este apartado:
Aunque las anteriores son las más conocidas, tal y como vimos en el artículo sobre técnicas de relajación para el control de los ataques de pánico hay muchas más: yoga, relajación diferencial, imaginación de escenas relajantes, etc.
En el caso de que estés teniendo ansiedad y no puedas controlarla te recomendamos que realices terapia online, ya que tiene muchas ventajas y puede ayudarte a llevar una vida más relajada.
La ansiedad es algo que está presente en la vida de muchas personas. Por eso, es importante saber lo que es y ver cómo se manifiesta en nuestro cuerpo para poder identificarla y ponerle solución. Algunos de los síntomas físicos más comunes son: temblores, mareos, problemas estomacales, sudores, etc. y están presente en muchos trastornos mentales. Para poder mitigarlos existen diferentes tipos de terapia siendo las más usadas la farmacológica y la Terapia Cognitivo Conductual (TCC).