Toda ruptura amorosa suele ser secundada por el dolor, en mayor menor grado, por una parte o por las dos. A nadie le resulta agradable romper una relación que depositó expectativas y sueños. Pues bien, pasada la etapa conveniente de duelo, esto no termina aquí. Cuando descubres que tu ex ya tiene el corazón ocupado, todo se puede volver a derrumbar de nuevo.
Si esto sucede al poco tiempo de terminar la relación, suele escocer aún más. Por nuestra mente asoman pensamientos de todo tipo relacionados con el amor que nos tenía, con la posibilidad de que nos haya sido infiel o la tristeza de considerar que, tal vez, no nos haya querido tanto como pretendíamos ver en sus gestos.
Cuando descubrimos que la persona a la que un día amábamos tiene ya otra pareja, algo se nos remueve por dentro
Después de esta lluvia de razonamientos negativos, surge un sentimiento interior fruto del miedo de que nuestro ex haya encontrado a alguien, pero nosotros aún no. De repente, nos sentimos mayores y desesperados por la idea de estar solos. Él lo ha conseguido, pero nosotros aún no nos encontramos preparados para iniciar una nueva relación. Incluso puede que sí, pero hemos decidido no hacerlo para no cerrar la puerta a una posible reconciliación.
Siento que aún me pertenece
Nos hemos referido a la posibilidad de sentirnos mal cuando descubrimos que nuestro ex tiene ya una pareja, mientras nosotros aún no. Sin embargo, ¿qué ocurre si nosotros también tenemos un nuevo compañero? ¿Por qué nos surgen esos celos, producto todos ellos de descubrir que el corazón de esa persona está de nuevo ocupado?
Aunque quieras creer que has superado la ruptura, a veces esto no es así. Nos mentimos a nosotros mismos inmiscuyéndonos en nuevas relaciones cuando, en realidad, continuamos "enganchados” a nuestra anterior pareja. No estamos hablando de amor, sino de una inercia que nos lleva a creer que la otra persona aún nos pertenece.
En la sociedad en la que vivimos, las relaciones siguen teniendo cierto significado de posesión. Creemos que nuestro compañero es nuestra propiedad. Esto provoca que no lo veamos como una persona, sino como un territorio que hay que defender para no perderlo y para que no nos lo quiten.
"¿Cómo amar sin poseer? ¿Cómo dejar que te quieran sin que te falte el aire? Amar es un pretexto para adueñarse de la vida del otro, para volverlo tu esclavo. Para transformar su vida en tu vida. ¿Cómo amar sin pedir nada a cambio? Sin necesitar nada a cambio”
-Mario Benedetti-
Esta concepción bastante tergiversada resucita este sentimiento de pertenencia cuando ya todo se ha acabado. No hay amor, no queda ya nada de eso. Sin embargo, nos convertimos en personas ciegas que se dejan llevar por una creencia incierta de que nuestro ex no puede estar con nadie más. Este hecho nos molesta, nos da rabia. Es nuestro, solo nuestro. La persona con la que está ahora es una usurpadora.
Mi ex sigue haciéndome daño
En realidad no. Tu ex no sigue haciéndote daño, eres tú mismo el que se lo está haciendo. Te sientes herido porque no has sido elegido, porque empiezas a compararte con la persona con la que está ahora… Notas tu inseguridad mezclada con rabia y dolor. Un revoltijo de emociones que te confunden. Es necesario terminar con esto. Para ello:
Evita compararte: "su pareja es más joven, más guapa, más lista”… ¡Basta! Las comparaciones siempre hacen daño y no solucionan nada. Esa persona también tendrá sus defectos y tú tienes mil y una virtudes. Deja de hacerte daño gratuitamente.
Deja atrás el egoísmo: piensa en ese sentimiento de posesión tan arraigado y tan egoísta que nos impide amar de verdad. Ahora es el momento de aprender de ello y de que te des cuenta de que incluso terminado el amor estás codiciando la situación de tu ex.
No busques saber de tu ex y su nueva relación: no vigiles sus redes sociales, evita frecuentar los lugares que sabes donde ellos van a estar, pídele a tus amigos que no te hablen de ellos… En definitiva, trata de enfocarte en otras cosas, especialmente en ti y en tu propio bienestar.
Practica el autocuidado y desarrolla el amor propio: haz actividades que disfrutes, realiza ejercicio, medita, acude a psicoterapia, conócete a ti mismo, aliméntate bien… haz cosas que te aporten felicidad y contribuyan a tu crecimiento personal. Aprende a amarte a ti mismo para que tu bienestar no dependa de lo que hacen los demás.
"Un clavo no saca otro clavo”: no pienses ahora en salir con alguien para sentirte mejor contigo mismo y para que tu ex tenga los mismos sentimientos que tú. Para empezar, no es bueno utilizar a las personas con estos objetivos y, segundo, tal vez no logres que tu ex envidie también tu situación y sienta rabia.
Deja ir aunque te de miedo y tu mente te diga lo contrario. Es mejor llevarle la contraria a todo esto que ser infeliz por el resto de tus días
Recuerda que el amor no es lo que nos han enseñado. Tal vez sigas enamorado de tu ex, pero piensa que cuando en realidad amas a alguien lo único que deseas es su felicidad, aunque esta no sea contigo. Pasar página es difícil, pero también es una oportunidad para aprender y ganar en seguridad.
Tu ex ha sido una parte muy importante de tu vida, no obstante ahora debe seguir su camino al igual que tú tienes que continuar por el tuyo. Deja de estar pendiente de una relación que ya se ha terminado. Es el momento de mirar hacia adelante. ¿Estás preparado para empezar de nuevo?