Es evidente que la depresión es una patología muy presente hoy en día, miles de personas la padecen. En España se estima que entre el 5 y el 10% de la población podría tener depresión, es decir, de 2 a 4 millones de personas, no obstante esta cifra podría ascender a 6 millones de personas, puesto que muchos casos no están diagnosticados.
No obstante, el término depresión es muy confuso ya que se utiliza con poca precisión, incluyendo en él, estados de ánimo bajo (hipotimia), negatividad, procesos de duelo y pérdida.... y un largo etcétera que nos puede llevar a equivocaciones más que a arrojar luz sobre este tema.
Por tanto la depresión clínica no es un estado de ánimo negativo, sino un trastorno con entidad propia que podemos definir como: una alteración cognitivo-afectiva que compromete todos y cada uno de los aspectos de la vida. La persona deprimida ve la vida diferente y por tanto se comporta de manera diferente, lo que hace que cambien sus actitudes y comportamiento respecto a cuando no estaba deprimida.
Pese a que es una patología compleja y que se manifiesta con algunas diferencias entre las personas que la padecen, la podemos caracterizar por los siguientes síntomas:
A continuación podrás encontrar un ejemplo de trastorno depresivo:
Mario hace tiempo que no se siente bien, se siente muy triste y vacío, en muchas ocasiones se sorprende a si mismo llorando con un sentimiento de desesperación terrible.
Hace tiempo que no queda con amigos, no le apetece salir porque aunque esté con sus amigos su sensación es de estar solo. Apenas hace aquellas cosas de las que antes disfrutaba y le hacían sentir bien, fue dejando los deportes, jugaba al baloncesto y al fútbol, actividades que le gustaban y en las que podía invertir tardes enteras, porque de un tiempo a esta parte no le saca el gusto que tenían antes. Además se siente demasiado cansado durante todo el día como para poder hacer el esfuerzo físico que requiere el deporte. No duerme bien, se despierta durante la noche y le cuesta volver a dormirse y ha perdido el apetito, no tiene ninguna gana de comer.
Ahora se preocupa por muchas cosas que antes no le preocupaban, el trabajo, pequeñas discusiones con su pareja, el encontrarse mal, y se siente inseguro al tomar decisiones incluso en cosas en las que antes no tenia ningún problema.
Ir al trabajo se le hace un mundo, le cuesta concentrarse y comete más errores de los que solía cometer, siente que se despista mucho y por ello necesita más tiempo para realizar sus tareas.
Hay tardes en las que se siente tan mal, que le gustaría desaparecer de la faz de la tierra y algunas veces ha pensado seriamente en acabar con su vida.
Por tanto, es necesario poder diferenciar entre fluctuaciones del estado de ánimo, que se asocian a reacciones normales ante diferentes situaciones de nuestra vida, lo que comúnmente llamamos "estar de bajón” y la depresión como patología, que como vemos en el ejemplo de Mario involucra todos y cada uno de sus ámbitos vitales y los desorganiza.
Cuando están presentes de forma estable estos síntomas, podemos sospechar que estamos ante un proceso depresivo por lo que la ayuda de un profesional es fundamental para poder superarlo.