Una mirada que mira, pero que no ve, un cuerpo que se mueve, pero que no controla los movimientos de manera consciente, una boca que se abre y cierra, pero que no comunica, un corazón que late, pero que parece que no siente y un cerebro que no organiza la información. Eso es lo que su madre ve en Adrián, un niño de 3 años, diagnosticado de autismo.
Los problemas sociales, de comunicación y de aprendizaje que presentan los niños autistas no siempre son fáciles de llevar por los padres. En muchos casos, la relación que tienen los padres con sus hijos autistas es tan enigmática como la que aún tiene la ciencia con el autismo.
La expresión ausente de los niños autistas.
'Primero empezó a caminar en punta, después a taparse los oídos, luego a aletear sin ton ni son con los brazos y cuando iba a recogerle a la guardería, su monitora me decía que no jugaba con los otros niños', se lamentaba esta madre, que movió cielo y tierra hasta dar con un diagnóstico para su hijo.
Un escáner cerebral le confirmó el autismo, después de pasar por los test de cribaje que aún utilizan los métodos convencionales de diagnóstico. Movida por esa expresión ausente en la cara de su hijo, esta mamá inició una intensa carrera de fondo dirigida a conseguir que su niño mejorara antes de los cinco años, pero Adrián fue perdiendo destrezas, olvidando instrucciones y seguía sin hablar.
Convivir con un niño autista requiere paciencia, y disposición para recorrer un largo camino hacia el entendimiento. El Día Mundial del Autismo nos recuerda que en el mundo hay más de cinco millones de personas autistas, que es una enfermedad que no se cura y cuya única medicina es la educación, algo que no encuentran cuando se hacen mayores.
Lo más importante es el diagnóstico precoz de la enfermedad, mientras se calcula que en España una de cada 150 personas sufre algún Trastorno del Espectro Autista (TEA). Los expertos afirman que se tiene una idea equivocada del autismo. Se cree que son niños que viven en otro mundo, aislados y que no tienen afectividad, pero con trabajo se ha comprobado que son personas muy receptivas. No es que vivan en otro mundo, sino que tienen dificultades para entender este.