Para tener una buena comunicación con los demás es necesario saber escuchar. Aunque a priori pueda parecer evidente y sencillo, en realidad es algo que conlleva cierto esfuerzo. En el artículo de esta semana vamos a hablar sobre qué es la escucha activa, por qué es importante y comentaremos algunas pautas para poder desarrollarla.
Como hemos mencionado, para tener una comunicación eficaz o asertiva con los demás es necesario saber expresarnos bien, pero también es fundamental saber escuchar. Probablemente alguna vez hayas escuchado a alguien decir "no es lo mismo oír que escuchar” y es verdad.
Por un lado, oír es definido como "percibir sonidos” y, por otro lado, escuchar como "prestar atención a lo que se oye” (RAE, 2022). A modo de resumen, podríamos decir que la escucha activa se refiere precisamente a eso, a prestar atención a lo que se oye y a hacerlo de manera adecuada.
Calderón y Silva (2018) consideran que la escucha activa debería reunir todo lo siguiente:
Estos autores señalan que hay diferentes tipos de escuchas: apreciativa (sin prestar atención y buscando placer), selectiva (seleccionando solo lo que nos interesa), discernitiva (seleccionando los conceptos principales), analítica (intentando establecer relaciones entre conceptos), sintetizada (buscando información deseada), empática (poniéndonos en sitio del otro) y activa (con total atención e intentando entender el mensaje).
Como hemos comentado, para poder tener una comunicación eficaz es necesario saber emitir bien el mensaje, pero también es crucial saber recibirlo o escucharlo de manera apropiada y todo ello genera muchos beneficios. En este apartado sintetizaremos algunos de estos beneficios.
Weidmann (2016) establece que los dos grandes beneficios de la escucha activa, son los siguientes:
Hernández y Lesmes (2018) añaden que escuchar de manera activa tiene muchas cosas positivas y que todas ellas ayudan a desarrollarnos como personas. Asimismo, también concluyen que genera confianza en los demás y que esto hace que las relaciones sociales sean más satisfactorias. También ayuda a detectar problemas antes de tiempo y a evitar ciertos malentendidos, a que los trabajos en equipo sean más llevaderos, a que se cumplan mejor los objetivos de la conversación, etc.
En nuestra entrada sobre "3 estrategias para mejorar la escucha” podrás encontrar algunas pautas como, por ejemplo: parafrasear, pedir información y retroalimentar. Aun así, a continuación, te facilitamos una lista con las más importantes (García et al., 2014):
Como hemos visto, oír no es lo mismo que escuchar ni que escuchar de manera activa. La escucha activa tiene muchos beneficios tanto para los interlocutores como para los receptores y hace que se consiga más información y de mayor calidad. Por ello, te animamos a que practiques la escucha activa a través de los consejos que te hemos dejado en el apartado anterior.
En el caso de que sientas de que por ti solo no puedes poner en práctica lo anterior, te recomendamos que te pongas en contacto con un profesional que pueda ayudarte a implementarlo. En PsicoGlobal a través de la terapia online, podemos analizar tu caso y buscar el mejor plan terapéutico para ti con el objetivo de que se adapte plenamente a tus necesidades.