psicologia niños
apoyo emocional
psicologia adultos

Ejercicio del lienzo emocional: los colores de tus sufrimientos


¿Qué sientes en este mismo momento? ¿Estás en calma? ¿Te percibes atenazado por el estrés y la ansiedad? ¿O no sabrías explicar muy bien qué hay en tu interior justo en este instante? Por llamativo que nos parezca, a la mayoría nos cuesta tomar contacto, identificar y desgranar nuestras emociones. Son como una madeja de hilos de colores que desconocemos cómo desenredar.

De este modo, y casi sin darnos cuenta, avanzamos por la cotidianidad con un nudo en interno. Esos estados psicofisiológicos difíciles nos asfixian hasta condicionarnos por completo. Al fin y al cabo, la vida apremia, las obligaciones son muchas y cada vez nos desentendemos más de esas emociones que son terreno abonado para más de un trastorno psicológico.

Necesitamos herramientas sencillas para poner palabras lo que sentimos. De cara a este objetivo, existen técnicas muy prácticas. Todos podemos aplicar nuestros propios recursos, con el fin de dejar de actuar en piloto automático, reprimiendo lo que sentimos bajo capas infinitas de estratos psicológicos. Te aportamos, a continuación, una estrategia tan original como eficaz que es de gran ayuda.


    Las emociones perturbadoras y las relaciones tóxicas han sido identificadas como factores de riesgo que favorecen la aparición de algunas enfermedades.

    -Daniel Goleman-

El color de las emociones y su etiquetado

Las emociones no solo facilitan la adaptación a un entorno siempre complejo, sino que impulsan la conexión humana e incentivan la motivación para que alcancemos metas y conquistemos nuestros propósitos. Las emociones tienen textura, color y dan significado a nuestra existencia. Hemos dicho bien: «tienen color».

Solo cuando entendamos que todo estado emocional es como un lienzo colorido, aprenderemos a manejarnos mucho mejor en esta materia. Porque cada experiencia, situación y circunstancia no se procesa de manera monocromática. Las cosas no son «buenas o malas». Sufrir una ruptura de pareja, lidiar con un duelo, el desempleo o una simple decepción no es caminar por un sendero gris.

Hay un espectro muy amplio de tonalidades —emociones— que podemos experimentar ante una misma circunstancia. Así, saber identificar y, sobre todo, etiquetar cada una de ellas, es un ejercicio muy necesario. Es más, trabajos de investigación como los realizados en la Universidad de California, nos señalan algo interesante al respecto.

El etiquetado de las emociones reduce la respuesta de la amígdala y otras regiones límbicas asociadas a esos estados más difíciles y angustiosos. Dicho de otro modo, poner nombre a lo que nos duele, favorece la autoconciencia emocional y la propia regulación del estado de ánimo. Veamos, a continuación, una técnica con la misma meta.

    Nuestras experiencias difíciles pueden trazar en nuestro interior una «amalgama cromática» de emociones muy caótica. Cuesta saber lo que sentimos. Sin embargo, etiquetar cada emoción beneficia la autoconciencia y la capacidad de gestionar mejor esos estados de valencia negativa.

¿En qué consiste el ejercicio del lienzo emocional?

El ejercicio del lienzo emocional tiene como objetivo profundizar en las emociones y sentimientos para identificarlos y manejarlos mejor. Es un recurso con base en las técnicas expresivas que conectan con nuestro interior. La terapia Gestalt, por ejemplo, usar con frecuencia esta herramienta.

Se busca que la persona deje fuera lo que lleva dentro, que encuentre un canal para tomar contacto con lo que interfiere su bienestar y ponga nombre a cada emoción. La terapia Gestalt desarrollada por Fritz Perls, destaca la importancia de centrarse en el momento presente para aumentar la autoconciencia y lograr que uno conecte con su dolor emocional.

¿Qué necesitas?

Para llevar a cabo esta técnica requieres un cuaderno de dibujo y lápices de colores o pinturas al óleo. Lo que más te estimule o más fácil te resulte.

1. Primer paso: acepta toda la gama de tus emociones

Las emociones no son una amenaza, aunque te resulten incómodas o dolorosas. Por ello, el primer paso de nuestro ejercicio del lienzo emocional es aceptar, dejar espacio y dar presencia a cada sensación que sintamos en nuestro interior. El arte es el mejor canal para la expresividad y, sobre todo, para dar esa indispensable presencialidad a cada emoción.

Lo que haremos es pintar esa hoja en blanco con los colores que más se ajusten cada sensación, emoción y sentimiento. No hace falta trazar ningún dibujo, basta con dejarse llevar. Lo que más nos importa es crear un espectro de gran colorido y hacer de esta técnica una herramienta a través de la cual fluya lo que sentimos.

2. Explora lo creado

Una vez finalizado nuestro ejercicio de expresión a través del color, es momento de observar lo originado. Atenderemos esa hoja o lienzo de vibrantes tonos sin juzgar, porque no pretendemos dar forma a una obra de arte.

El fin es volcar en una hoja en blanco ese caos emocional interno y, como tal, debemos observarlo con meticulosidad y reflexión. Este segundo paso exige de nosotros solo calma, serenidad y observación.

    La técnica del lienzo emocional tiene como intención desenredar aquello que sentimos, mediante un ejercicio de expresión artística.

3. Nombrar cada emoción

¿Qué emoción puede tener para ti el rojo en tu dibujo? ¿Qué representa el negro? ¿Y el verde? Es momento de nombrar cada emoción que te transmite ese dibujo. El ejercicio del lienzo emocional demanda que hagamos uso del etiquetado emocional. Es decir, a través de un estado de calma y reflexión, deduciremos todo lo que se desprende de esa creación.

¿Hay tristeza? ¿Hay decepción? ¿Intuyes la presencia de la ira, del enfado o el miedo? No dudes en escribirlo en una libreta.

4. Tus colores favoritos: los cambios que precisas

¿Cuáles son tus colores preferidos? Cógelos y déjate llevar por su tonalidad mientras te relajas en otra hoja en blanco a través de ellos. Pinta o dibuja lo que desees, en tanto visualizas qué deberías hacer para sentirte mejor. Ya has tomado contacto con tus emociones difíciles; ahora debes pensar qué hacer con ellas.

Puede que te pidan que afrontes algo o que, simplemente, no hagas nada. Es posible que insten a que lleves a cabo algún cambio o estrategia que permita sentirte mejor. Piénsalo a medida que esas tonalidades más agradables inundan tu mirada.

Nota final

Este ejercicio tomado de la arteterapia o terapia expresiva podría ser útil en un momento dado. Es una forma de desatar el nudo de nuestras emociones, de conectar con ellas. No obstante, aunque puede reducir el estrés y permitirnos tomar conciencia de lo que nos sucede, no siempre resolverá por sí misma la raíz del problema.




Copyright © 2023 Todos los derechos reservados a:Atención psicólogica especializada para niños y adolescentes en Comas

Desarrollo Web Websystem