Federico García Lorca dedicó una de sus conferencias a las nanas infantiles, paseando por el mundo lírico de la cultura española y sus emociones. En general, navegar en el mundo lorquiano nos lleva, casi sin remedio, a empaparnos de pasión, melancolía, folclore y cierta tragedia. En particular, nos adentra en la interrelación existente entre las nanas y el miedo.
Lorca en esa conferencia de 1928 explicaba cómo, mientras las canciones de cuna europeas se limitaban a seguir unos patrones rítmicos utilizando la ternura como base, las españolas entretejían entre las melodías giros más complejos.
En un estudio de sus viajes por toda la península encontró en las distintas nanas referencias al miedo, al dolor e incluso al rencor de las madres cantando al peso de la responsabilidad.
«La canción de cuna europea no tiene más objeto que dormir al niño, sin que quiera, como la española, herir al mismo tiempo su sensibilidad».
-Federico García Lorca-
Una nana distinta a Eurovisión
Si Lorca nos ha servido como introducción de este artículo sobre las canciones de cuna y las emociones, casi un siglo después, la huella del poeta granadino se palpa en el universo creado por la cantante Blanca Paloma en su bulería Eaea.
La canción seleccionada durante la final del Benidorm Fest para representar a España en Eurovisión 2023 tiene como protagonistas –tanto en su letra como en su escenografía– elementos imposibles de separar de la obra de Lorca: la luna, el color rojo sangre y la muerte:
La artista alicantina describe su fusión electroflamenca como «un amor que va más allá de la muerte» inspirada en el mundo de las canciones de cuna. Aunque su sonido y vibración se alejan considerablemente del arrullo a bebés, sí que nos ayuda a vislumbrar aquellos matices que relacionan el temor y las nanas.
«Mi niño, cuando me muera
que me entierren en la Luna
y toah lah nocheh te vea,
toah lah nocheh menoh una».
-Blanca Paloma-
Beneficios de cantar nanas
Eso sí, haber comenzado repasado el tono melodramático de las canciones de cuna en la cultura española no debe esconder los beneficios derivados de su canto.
Al efecto calmante de las nanas es necesario unir la transmisión de seguridad y protección que siente cada bebé al escucharlas. El bienestar emocional no es el único beneficio de las nanas, sino también el aprendizaje cognitivo en el proceso del habla.
Además, de las investigaciones sanitarias más recientes se han inferido conclusiones curiosas como que:
- Integrar las nanas cantadas por las propias madres en unidades de cuidados intensivos neonatales mejora la alimentación y el aumento de peso entre bebés con prematuridad.
- Reproducir canciones de cuna mientras se realizan extracciones de sangre a bebés menores de un año reduce significativamente su tiempo de llanto y sus sensaciones de dolor.
- Escuchar nanas, incluso en idiomas extranjeros, reduce la frecuencia cardíaca y la actividad electrodérmica en menores de un año, en un grado mayor que lo que ocurre con otro tipo de canciones.
Las emociones musicales
En términos absolutos, la música está muy asociada a los circuitos de recompensa del cerebro, facilita determinados estados sociales y modifica procesos cognitivos. Por eso incluso se habla de las emociones musicales.
De hecho, a los 8 meses de vida ya somos capaces de discriminar transformaciones melódicas de una secuencia original repetida. Esto sería la base orgánica de las nanas: la repetición de un compás -generalmente 4×4- reiterando la misma estrofa sin cambiar la melodía. Esta redundancia es la que genera el ritmo por el que responden de una manera muy parecida bebés de cualquier cultura.
En lo que se refiere a esto, una conocida firma de muebles británica realizó en 2019 un estudio en el que identificaron que canciones pop muy conocidas, como One de U2 o Hate me de Ellie Goulding, tienen la estructura musical de la que estamos hablando. Curiosamente, las letras de ambas canciones transitan por un sentido oscuro de las relaciones interpersonales con desesperanza y desasosiego. Y es aquí donde vemos la conexión de las melodías de cuna con los sentimientos de miedo.
El temor y las canciones de cuna
Lejos de tratar una intencionalidad explícita de trasladar miedo a bebés mediante las nanas, pasando por los ejemplos tomados por García Lorca y llegando hasta Blanca Paloma, en los distintos rincones de la península se une el afecto con la advertencia temerosa, la realidad con la fantasía. Y es que lo contrario al amor no es el odio, sino el miedo.
Porque solemos interesarnos por cómo influyen las canciones de cuna en bebés, pero posiblemente olvidamos que cantarlas durante el embarazo tiene efectos relajantes e incluso facilita la expresión de emociones complejas, tales como la ansiedad ante la incertidumbre, el miedo y el anhelo.
Una atención especial merece el hecho de elegir letras que contengan mensajes explícitos con palabras alarmistas o reprobatorias en melodías que, a priori, deberían trasmitir calma…, pero ese sería otro tema a tratar.
Ay, ven a mí, niño mío, ya.
Ay, ven a mí, niño mío.
Duerme a mi vera
Que en mi pecho hay abrigo,
Abriguito pa´tuh penah».
-Blanca Paloma-