Cada vez se informa más sobre aspectos relativos a la salud mental. Son muchos los famosos que hablan, de manera abierta y normalizada, de diferentes trastornos psicológicos. Asimismo, también los medios buscan visibilizar realidades que, hasta el momento, permanecían en el arcón del silencio y el estigma.
Sin embargo, si bien este movimiento es esperanzador y necesario, hay un matiz relevante. La forma en que se presentan los datos importa. Las palabras pueden ayudar o generar un daño mayor. En los últimos tiempos somos testigos de cómo algunos medios caen —queriendo o sin querer— en el sensacionalismo. De igual modo, incurren en serios errores.
Una tendencia común es asociar hechos luctuosos o violentos con trastornos mentales: «el agresor era esquizofrénico», «la joven que se quitó la vida era depresiva». Muchas de estas expresiones y frases no solo pueden partir, en ocasiones, de una información sin contrastar, sino que dañan a aquellos con un problema de salud mental.
Hay medios de comunicación que, por su manera de presentar la información, refuerzan el estigma y la trivialización.
Claves sobre cómo deben informar los medios sobre la salud mental
Los medios de información y comunicación tienen un gran poder. Y como suele decirse, también una gran responsabilidad. Sus titulares, la manera en que nos presentan la información, articula ciertas pistas sociales sobre cómo se conciben en ocasiones ciertos grupos de personas. El más recurrente es vincular la criminalidad con los trastornos mentales.
Además, si hay un sector de nuestra población vulnerable a la información que recibe a diario, son nuestros jóvenes. Nadie puede negar, por ejemplo, que el número de niños y adolescentes que se quitan la vida aumentó en los últimos años. Este es un hecho del que debe informarse, pero hay que cuidar al máximo las palabras para evitar el sensacionalismo y sustituirlo por el tan necesitado efecto Papageno, es decir, favorecer la prevención.
Por otro lado, hay un hecho innegable. Se suelen tratar los sucesos relativos a la salud mental como realidades excepcionales, cuando en realidad, como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) 1 de cada 4 personas tiene o tendrá a lo largo de su vida un problema de su salud mental. Es imperante que sepamos cómo informar y presentar las noticias sobre estas realidades.
Veamos dichas claves, esas que regulan los códigos éticos de la profesión periodística, los ministerios de asuntos sociales de cada gobierno y la propia OMS.
Las personas con esquizofrenia son las más estigmatizadas de nuestra sociedad. A lo largo del tiempo se ha creado una imagen de las mismas muy negativa, amenazante y hasta violenta. Es retrato claramente sesgado.
1. Evitar la perpetuación de los prejuicios
Términos como «enfermo mental», «trastornado o loco», «un esquizofrénico» o «un psicótico» son conceptos estigmatizantes que descalifican a las personas. La imagen que se ofrece de estas condiciones suele ser perturbadora y, con ello, se inocula en la sociedad una idea del todo distorsionada.
Es recomendable utilizar la expresión «problemas de salud mental» en contraposición a enfermedad mental o enfermedad psiquiátrica. Es más, siempre será más acertado recurrir a esta terminología en lugar de dar un diagnóstico precipitado. En la misma línea, debe evitarse sustantivar una condición mental: depresivo, anoréxica, esquizofrénico, bipolar, psicótico, etc.
2. No a los titulares alarmistas
En la era del clickbait es muy fácil recurrir a los titulares alarmistas para que un medio gane en visita. Esto, sin embargo, no debe hacerse a costa de la salud mental. En la medida de lo posible, es más adecuado referirse a los temas y noticias relativas a este ámbito de forma contextualizada, evitando que sea el encabezado de la propia información.
3. Imágenes que refuerzan el estigma y que no normalizan
Es común que las noticias sobre ciertos colectivos con trastornos mentales se acompañen de imágenes tristes, oscuras y apesadumbradas. Vemos a personas con la mirada perdida, pasivos, recluidos en escenarios desolados. Es obvio que no se elegirán retratos en los que aparezcan desbordando alegría y felicidad.
No obstante, sería necesario recurrir a imágenes más normalizadoras. Porque una persona con depresión también acude al trabajo. Los pacientes con esquizofrenia que reciben tratamiento pueden llevar una vida plena en nuestra sociedad. Esas son las imágenes que debemos transmitir.
4. Cuidado con vincular la violencia con la salud mental
El modo en que deben informar los medios sobre la salud mental debe encajar en las normativas médicas y los protocolos éticos periodísticos. Así, un hecho común es vincular los actos violentos con diversos trastornos psicológicos. Ahora bien, la investigación científica ofrece importantes matices al respecto.
Trabajos como los realizados en la Universidad de Queen nos insisten en un hecho. Los trastornos mentales no son causas necesarias ni suficientes para el comportamiento violento. Esta última realidad es una compleja combinación de factores sociales, demográficos y económicos. No debemos caer en el reduccionismo.
Entonces, a la hora de cubrir una noticia, los profesionales de los medios deben atender las siguientes cuestiones:
- ¿Hay un diagnóstico claro? ¿Son fiables las fuentes?
- ¿Es relevante destacar que la persona sufre un trastorno mental?
- ¿Se está respetando la intimidad de la persona con un trastorno mental?
Los medios son el canal más relevante para ofrecer una visión ajustada, real y científica sobre los problemas de salud mental. Es más, gracias a ellos se puede ofrecer esperanza y medios a quienes atraviesan una situación complicada.
5. Aumentar el conocimiento social y la visión positiva sobre la salud mental
La forma en que deben informar los medios sobre la salud mental debe partir siempre de fuentes fiables, científicas y especializadas. Es necesario que los medios den voz a los profesionales de este ámbito, con el fin de educar a nuestra sociedad. Los datos contrastados y ajenos al sensacionalismo son los que, de verdad, hacen florecer las conciencias.
Igualmente, hay otro factor muy necesario de cuidar. Debemos ofrecer una visión positiva, normalizadora y resiliente sobre los trastornos mentales. Podemos señalar, por ejemplo, que los índices de autolesiones y trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han aumentado. Pero es importante puntualizar que hay mecanismos para hacerles frente.
También es posible informar sobre la depresión de otro modo. Insistiendo que no es sinónimo de debilidad, que no es algo aislado y que existen herramientas basadas en la ciencia para hacerle frente.
¿Cómo informar sobre el suicidio en los medios de comunicación?
La incidencia de los suicidios ha aumentado en todo el mundo. Es más, sabemos que por cada persona que se quita la vida, 20 lo ha intentado. Asimismo, estudios como los publicados en The Lancet destacan cómo este dato es particularmente grave entre la población más joven. A raíz de la pandemia, tal realidad se convirtió en un hecho urgente que corresponde atender.
Con relación a esto, el modo en que deben informar los medios sobre la salud mental es clave. Pueden ser de ayuda y el agente del cambio. La manera en que se exponen estos hechos debe cuidarse al máximo, porque, como hemos indicado, cada palabra importa. Comprendamos ahora cuáles deberían ser esas estrategias.
Pilares sobre el tratamiento mediático
Hay que contar con el apoyo y asesoramiento de psicólogos y psiquiatras a la hora de informar de noticias concretas.
- No hablar de «epidemias de suicidios».
- Hay que difundir información sobre servicios de apoyo y teléfonos de contacto.
- No se deben hacer descripciones detalladas sobre los mecanismos utilizados para estos actos. Aún menos presentar imágenes.
- Evitar comentarios espontáneos o tertulias de personas no especializadas. Es muy fácil caer en el prejuicio de forma inconsciente.
- Por lo general, los suicidios serán noticia solo cuando se traten de personas conocidas o cuando estos hechos tengan algún interés general y justificado.
- Deben evitarse los reduccionismos explicativos sobre el porqué se ha optado por esa opción («estaba en bancarrota», «tenía depresión», «sufría bullying…»). Cuando una persona elige quitarse la vida no hay una sola causa: estamos ante una realidad compleja multifactorial.
- Los medios deben promover el efecto Papageno. Es decir, la noticia debe enfocarse de un modo que aporte la idea de que existen mecanismos de afrontamiento para prevenir estas situaciones. La información dada debe articularse de forma protectora y preventiva, nunca sensacionalista.
Conclusión
Sobre la pregunta de cómo deben informar los medios sobre la salud mental, la respuesta es sencilla: de forma ética, educativa y asesorada por los profesionales del ramo. De igual forma, debemos destacar una vez más, la gran relevancia que tienen los periodistas en el ejercicio de concienciación positiva sobre estos temas.
Los medios de comunicación y las entidades sociales tienen que ser aliadas para ofrecer noticias y datos sobre esta materia, de manera que sea de ayuda. Evitemos, por tanto, trivializar, sobregeneralizar o caer en paternalismos poco útiles. Todos somos sensibles de lidiar por estas circunstancias; contar con una sociedad instruida y sensible a dichas realidades, beneficiará a cada uno de nosotros.