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Beneficios psicológicos del anime


¿Alguna vez te has preguntado si tus emociones o tu estado de ánimo influyen en cómo percibes el tiempo? Quizás cuando estás triste crees todo va más lento o cuando estás emocionado o divirtiéndote tienes la sensación de que el tiempo pasa volando… Lo cierto es que hay una realidad objetiva y es que el tiempo pasa igual para todos. Lo que cambia es la percepción que tenemos de ese transcurrir de los días.

Ahora bien, esta cuestión es más compleja de lo que un análisis superficial puede revelar, ya que la percepción del tiempo cambia en función de cómo nos sentimos, la edad que tenemos y también las situaciones que vivimos. Profundicemos.

La percepción del tiempo según nuestras emociones

La percepción del tiempo es como un reloj interior dentro de nosotros. Y es algo muy útil, ya que el tiempo nos centra y nos ubica; además, esta percepción nos puede ayudar también a identificar cómo nos sentimos (pero esta cuestión la veremos un poco más adelante).

John Wearden, profesor de la Universidad de Keele en el Reino Unido, lleva más de treinta años trabajando en la percepción del tiempo, primero en animales y más tarde en humanos, y ha publicado más de 100 artículos sobre este tema.

El anime es uno de los géneros cinematográficos con más éxito. Y como otros géneros y medios de comunicación, tiene un gran impacto en las persona, pudiendo influir en cómo estas perciben el mundo y gestionan sus pensamientos. Por estas dos razones fundamentales, algunos profesionales se han interesado en investigar si la afición a este género japonés tendría beneficios psicológicos.

A menudo se confunde con el término manga, el cual puede que te resulte más familiar. Sin embargo, se trata de dos géneros diferenciados y dicha confusión provoca un gran resquemor entre sus fans. Ambos son parecidos en apariencia. La estética, sus trazos y la caracterización de los personajes es similar. Sin embargo, el manga se presenta en formato cómic y el anime en audiovisual.

Por tanto, se denomina anime al estilo de animación tradicionalmente japonesa, el cual puede ofrecerse como película o como series, siendo este último el más habitual. A diferencia de lo que ocurre en occidente, donde las series de animación suelen tener como objetivo a la población infantil, el anime es para todos.

Así, tienen un nombre para identificar cada tipo según franja de edad y género. Ejemplos del kodomo, o anime infantil, son Heidi o Doraemon. Series como Naruto, Dragon Ball, Sailor Moon o Candy Candy forman parte del tipo adolescente, llamado shōnen (para chicos) y shōjo (para chicas). Y también se pueden encontrar categorías dirigidas a los públicos más mayores, seinen si está dirigido a hombres y josei si es para mujeres. Estas, a su vez, se pueden clasificar por la orientación sexual de sus protagonistas y cómo de explícitas son.

Por supuesto, otra forma de categorizarlo es en subgéneros. Es decir, aventura, comedia, romántico, terror, etc. Incluso, existe un subgénero dedicado a la sanación o curación de sus espectadores, el iyashikei.

Iyashikei o anime sanador

Este subgénero, cada vez con más éxito, se centra en aspectos sencillos de la vida diaria. Como su propio nombre indica (iyashi significa ‘calmante, reconfortante o terapéutico’, y kei quiere decir ‘estilo’) tiene como objetivo provocar un efecto relajante, evasivo. Crear un mundo al que sus espectadores pueden escapar.

Este estilo surge como respuesta a lo que se denomina la década perdida de Japón, en la que la salud mental de gran parte de su población se vio afectada. Para lograr ese efecto terapéutico se diseñó al detalle, teniendo en cuenta la música, los colores y, especialmente, las historias.

Los guiones de estas piezas tienen como protagonistas a personas comunes enfrentándose a dificultades comunes. Por ejemplo, en Poco’s Udon World se relata la vida de un joven profesional de 30 años que, tras la muerte de su padre, vuelve a su pueblo. En él, una serie de acontecimientos le despiertan su instinto paternal y comienza a comprender muchas de las acciones y reacciones y que tuvieron sus padres.

Como podrás imaginar, lo que hace de este estilo algo beneficioso es que, además de presentarse de una manera delicada, los espectadores se sentirán reflejados fácilmente en sus historias. Se sentirán acompañados y comprendidos, además de que encontrarán una fuente de reflexión e introspección.

Pero, ¿solo este estilo de anime es bueno para nuestra salud mental?

Beneficios psicológicos generales

Hay ciertas evidencias en el campo de la Psicología que indican que ver series o películas de dibujos animados o animación es beneficioso para la salud, especialmente para la depresión. Según los autores, este impacto positivo se produce por varias razones. Por un lado, el entretenimiento y la distracción mejoran el estado de ánimo.

Por otro, los estímulos gráficos y narrativos podrían facilitar nuevas asociaciones afectivas y cognitivas, o bien, su restauración.

Algo que caracteriza sin duda al anime son las características de sus dibujos. Personajes de ojos grandes y expresivos, así como numerosos trazos para indicar estados emocionales. Por ejemplo, una gota en la frente, la boca en forma de tres tumbado o una especie de cruz en la cabeza como forma de representar la vergüenza, ternura o enfado. Aunque parezcan detalles simples, esta simplificación de las emociones facilita el reconocimiento de emociones y, por tanto, su procesamiento.

Otro aspecto realmente beneficioso que presenta la animación japonesa es que muchos de sus personajes padecen trastornos mentales o dificultades psicológicas de algún tipo. Haciendo referencia a lo que mencionábamos anteriormente, esto provoca que los espectadores se sientan identificados y no se sientan solos. Pero además, contribuye de manera indirecta gracias a que la parte del público que no padece de malestar psicológico, lo conoce más de cerca. Y así, es como se consiguen romper estereotipos y eliminar los estigmas de la salud mental.

Todo es cuestión de encontrar tu anime

Si crees que ver animación japonesa puede ayudarte a superar algún problema, o simplemente quieres probar, todo es cuestión de elegir la más adecuada. Como hemos comentado, hay una gran variedad de géneros y subgéneros, incluyendo uno específico para sanar. Las opciones son múltiples y solo tendrás que encontrar la que más se adecúe a lo que necesitas.

Para elegir, seguro que en línea encontrarás listas interminables. O bien, si lo prefieres, puedes buscar entre los archivos de asociaciones como Anime for Humanity, quienes se encargan de seleccionar animes terapéuticos. Quien sabe, quizás encuentres en la animación la forma de romper algún nudo interno, o simplemente, una nueva afición.


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