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Cómo prepararte mentalmente para una cirugía


Las cirugías son acontecimientos extraordinarios y potencialmente estresantes que convienen preparar también en el plano mental. Una intervención quirúrgica casi siempre genera algún grado de nerviosismo. Este varía, dependiendo del tipo de operación, de los riesgos, de los antecedentes o de las estrategias de afrontamiento con las que cuente la persona.

La mayoría experimentan ansiedad antes de una intervención de este tipo. Si bien es imposible eliminar por completo esa ansiedad, sí que es posible reducirla de una manera significativa y sobrellevarla mejor. Por eso es tan importante prepararte mentalmente para una cirugía.

En realidad, no tienes que hacer nada del otro mundo. Basta con que adoptes algunas rutinas saludables antes de la intervención y que hagas uso de algunas técnicas de relajación que pueden ser de gran ayuda. ¿Cómo prepararte mentalmente para una cirugía? Veamos.


    "Sólo el médico y el dramaturgo gozan del raro privilegio de cobrar las desazones que nos dan”.

    -Santiago Ramón y Cajal-

 

Tu cuerpo, lo primero

Mente y cuerpo son una unidad indivisible. Por eso, cuando hablamos de prepararte mentalmente para una cirugía tenemos que comenzar por el cuerpo. Si el médico te lo permite, no abandones la actividad física los días previos a la recuperación. Que el cuerpo esté acostumbrado a responder a cierto estrés físico puede ayudarte, y mucho, en la recuperación.

Por las mismas razones, lo más conveniente es que también intentes subir un punto en el cuidado que pones en tu alimentación. Elimina grasas y reduce harinas y azúcares. Centra tu alimentación en proteínas, frutas y verduras. Incrementa el consumo de alimentos con hierro, como hígado, legumbres, carne y tofu. También consume mucha vitamina C en zumos naturales. Lo ideal en estos casos es contar con una analítica de referencia y que sea un nutricionista el que te ayude.

Prepararte mentalmente para una cirugía: las emociones

Hay un aspecto esencial en el proceso de prepararte mentalmente para una cirugía: la información. Resulta esencial que absuelvas todas las dudas que tengas con el médico. Intenta no dejar preguntas en el olvido, y no te conformes con respuestas vagas o que no comprendes. Contar con datos suficientes sobre el procedimiento te va a ayudar a aumentar la sensación de control.

También es un buen momento para practicar alguna técnica de  relajación. Puedes empezar por un control de la respiración básica, practicar yoga o simplemente dar un paseo tranquilo. Entra en contacto con espacios verdes, ya que son muy tranquilizantes.

La canción más relajante del mundo

La música juega un papel determinante en el bienestar emocional y en la relajación, como lo indican muchos estudios. En materia de cirugías en concreto, hay una investigación llevada a cabo por la Universidad de Pensilvania y publicada en BMJ Journal.

A 157 pacientes se les dio la opción de recibir el sedante midazolam o de escuchar la canción "Weightless”, de la banda británica Marconi Union, mientras les anestesiaban una parte de su cuerpo. El nivel de ansiedad en ambos casos se redujo en igual proporción, con la ventaja de que quienes escucharon la canción no tuvieron que recibir medicamento.

Tres prácticas saludables

Otra forma de prepararte mentalmente para una cirugía es llevando a cabo tres sencillas prácticas de relajación. Sirven para aplicarlas antes, durante o después de la cirugía. La primera de ellas es la llamada "meditación de la respiración”. Consiste en hacer inspiraciones y espiraciones profundas, manteniendo la mente enfocada solo hacia el flujo del aire.

La segunda es el "escaneo corporal”. Consiste en repasar el cuerpo, o una zona de este, enfocándote exclusivamente en detectar las sensaciones que allí se producen.

No hay que juzgarlas, ni tratar de interpretarlas, sino solamente detectarlas y percibirlas.


La tercera es la meditación de ansiedad y miedo. Consiste en concentrarte, mientras respiras pausadamente, en las emociones de ansiedad y miedo. Tratar de identificar cómo se manifiestan, sin intentar luchar contra ellas. El objetivo es aceptar esas emociones como parte natural de este proceso y aprender a ser testigo sereno del propio sufrimiento.

Prepara todo con anticipación

Procura tenerlo todo listo algún día antes de la cirugía, sobre todo si vas a necesitar algún cuidado especial para la recuperación. Además de bloquear la tensión que puede generar la aparición de algunos imprevistos, con esta preparación mental es como si empezaras ya la recuperación, con lo bueno que puede aportarnos esta idea a nuestro estado de ánimo.

Anticipa quién va a acompañarte, cómo te vas a movilizar hasta la clínica, qué ropa usarás, qué necesitas llevar, etc. Así mismo, quién te va a recoger después y cómo debes disponer las cosas en tu casa para que estés cómodo cuando regreses.

Es un momento de tensión y, por lo tanto, no es recomendable tomar decisiones importantes que no sean necesarias en ese momento. Tampoco es tiempo para hacer experimentos, emplea tus espacios de seguridad: esos en los que sabes que vas a estar protegido.

Prepararte mentalmente para una cirugía vale la pena: ayudará a que todo transcurra de una manera más fluida y sin sobresaltos. Dale muchos abrazos a la gente que amas, recibe el afecto que te ofrezcan y piensa en que la intervención te va a hacer un aporte para estar mejor.


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