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El impacto psicológico del acné en la adolescencia


Si ya eres un adulto, seguramente te sea fácil recordar la magnitud que los complejos podían alcanzar en la adolescencia. Cada pequeña imperfección, cada aspecto de uno mismo que se salía mínimamente de la norma, era susceptible de generar una gran angustia y un fuerte sentimiento de inferioridad. Esto es lo que sucede con la aparición de granos y espinillas. Y es que, pese a ser una condición compartida por muchos, el impacto psicológico del acné va más allá de lo que pensamos.

Se trata de una condición sumamente asociada con la adolescencia; y es que suele surgir con el inicio de la pubertad debido a los cambios hormonales. Se estima que cerca de un 80 % de los jóvenes entre 12 y 18 años sufren acné y que esta afección puede prolongarse hasta la edad adulta en muchos casos, especialmente en las mujeres.

Como decíamos, el hecho de que sea tan común no le resta impacto. Y es que, pese a no ser una enfermedad peligrosa, puede causar un elevado grado de disfunción social y emocional. A continuación ahondamos en los porqués de este efecto.

El impacto psicológico del acné en la autoimagen

La adolescencia es una etapa de búsqueda, transformación y creación de la identidad. En este proceso, la imagen personal adquiere una gran relevancia en tanto que es el medio que emplean los jóvenes para mostrarse al mundo.

A través de su aspecto pueden proyectar sus actitudes, gustos y preferencias y mimetizarse con el grupo. Por esto es común que el adolescente vista muy similar a sus amistades o cambie de imagen al cambiar de compañías.

Ahora bien, el acné contribuye enormemente a crear una autoimagen negativa. Se trata de un elemento que genera rechazo y repulsa, que el joven siente que no debería estar ahí y que lo hace menos válido. Esta sensación se incrementa al compararse con las imágenes retocadas, filtradas e irreales que tanto abundan en las redes.

De este modo, el adolescente ya no puede apoyarse en su imagen para proyectarse ante el mundo; al contrario, esta se convierte en un elemento que causa vergüenza y desasosiego constante.

Su influencia en el rechazo interpersonal

Si la autoimagen es clave durante la adolescencia, el grupo de pares lo es tanto o más. Los compañeros se convierten en referentes y en refugio, la socialización con iguales es fundamental en esta etapa y sentirse aceptado es esencial para el correcto desarrollo emocional.

Sucede que el acné puede convertirse en un gran motivo de rechazo, burlas o críticas. Así, dificulta el establecimiento de amistades y de esas primeras relaciones románticas que tanto impactan en el adolescente. Quien sufre acné puede sentirse humillado y apartado, e incluso ser verdaderamente rechazado por tal motivo.

Tengamos en cuenta que, pese a que en la adolescencia existen numerosos complejos, el acné suele aparecer en el rostro y resulta bastante llamativo. Esto hace difícil ocultarlo y, al estar siempre presente, influye constantemente en la socialización.

Las consecuencias emocionales de sufrir acné en la adolescencia

Las dos anteriores causan son el principal origen del daño psicológico que ocasiona sufrir acné durante la adolescencia. Pero estas consecuencias pueden manifestarse de diversas formas:
  •    El adolescente suele sufrir baja autoestima y tener un autoconcepto negativo de sí mismo. Su imagen le disgusta, sus relaciones no son exitosas y, en suma, se siente inferior o inadecuado. Lo grave de esta situación es que, incluso una vez tratado o solucionado el problema de acné, estas repercusiones emocionales pueden continuar, pues la adolescencia es un periodo crítico en la formación de la autoestima.
  •     La vergüenza que produce el acné puede llevar a los jóvenes a aislarse y a restringir su socialización y sus actividades de ocio. Así, al abandonar o renunciar a estas oportunidades estimulantes, pueden desarrollar estados emocionales apáticos y negativos, e incluso desencadenarse una depresión.
  •     Los trastornos de ansiedad son también muy frecuentes en estos casos. La angustia puede llevar a los jóvenes a tratar desesperadamente de eliminar el acné, causándose lesiones cutáneas y generando marcas posteriores. Si se trata de menores especialmente vulnerables, pueden sufrir tal malestar que esto afecte a su rendimiento escolar y a otras áreas de su vida. La fobia social suele ser una de las consecuencias más comunes.

Reducir el impacto psicológico del acné

En definitiva, esta condición de la piel no solo afecta a nivel físico, sino que influye profundamente en el bienestar emocional, las relaciones sociales, el desempeño académico y el tiempo de ocio. Su impacto puede extenderse prácticamente a todas las áreas de la vida del joven.

Por esto, es importante no minimizar el malestar del adolescente y buscar ayuda. Consultar con un profesional y dar con el tratamiento adecuado para el acné puede ser una verdadera tabla de salvación. Pero, además, es esencial atender al plano psicológico y emocional; el joven necesita poder expresar sus inseguridades y su sufrimiento, y encontrar apoyo y comprensión al respecto.

Resulta importante que en el hogar se le ayude a construir una autoestima sólida fundamentada más allá del aspecto físico; una que permita mantener el sentimiento interno de valor y actúe como factor de protección.

En el superficial mundo de las redes sociales, y en la complicada (y a veces cruel) etapa de adolescencia, el papel de los padres es esencial para educar en valores y en gestión emocional. A pesar de esto, si el impacto psicológico del acné es elevado, lo más conveniente es iniciar un proceso de psicoterapia que pueda ayudar al joven a afrontarlo.


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