-Gihran-
Infancia, la edad sagradaLa autorregulación emocional en los adultos es fundamental para educar a los niños. Piensa que en base a nuestra forma de reaccionar ante los hechos, los niños aprenden también cuál es la reacción apropiada frente a ellos . En este sentido, también es necesario educarnos a nosotros mismos. La autorregulación asegura un equilibrio entre la contención y la permisión. En el pasado teníamos un exceso de límites que no resultó bien y ahora, por el contrario, parece que contamos con un déficit que tampoco está dando buenos resultados.
Los límites, al menos la mayoría, no deberían ser sancionadores ni establecerse bajo la influencia de una emoción muy fuerte. Es muy importante para la educación del niño que seamos coherentes con nuestras palabras, por mucho que nuestro estado emocional en ocasiones nos pida otra cosa. Emociones, como el enfado o la rabia, no son buenas consejeras a la hora de implantar límites o administrar sanciones.-Azorin-
La primera infancia, hasta los tres años, es como el fondo de reserva para la vida. En esos años se constituirse una base para la depresión, bipolaridad, y psicóticismo o por el contrario pueden adquirirse habilidades y fortalezas que nos protejan frente a ellas. Podríamos decir que la infancia, en este sentido, tiene una carácter sagrado. Además, será "más sagrado” cuanto menor sea la edad del pequeño.Muchos padres no empiezan a prestar atención al desarrollo del niño hasta que llega la primera adolescencia. Hablábamos antes de los padres que dan muchas órdenes seguidas; pues bien, también existe el caso contrario, aquellos padres que no ponen ningún límite o no le dan ninguna responsabilidad al pequeño hasta que no empieza la adolescencia. Esto es paradójico porque difícil va a ser en este punto, si no hemos empezado antes, ya que es cuando suele comenzar su rebeldía.
No solo hay que educar a los niños a nivel normativo, cognitivo e intelectual. Su desarrollo emocional es muy importante, para poder acompañar el desarrollo de los niños de hoy: aquellos en los que reside la esperanza del mañana, nuestra esperanza.