En los últimos años, hemos dado muchos pasos adelante visibilizando y validando la diversidad humana que existe en cuanto a vínculos sexo-afectivos. Aún así, hay ciertos conceptos que aún no comprendemos del todo bien o todavía nos cuesta definir. El arromanticismo es uno de ellos; con él identificamos a quienes no sienten atracción romántica ni amorosa hacia otros. Pero, ¿cómo viven sus vínculos las personas en el espectro arromántico?
En primer lugar, cabe mencionar que no es una orientación tan infrecuente como pensamos. Aún no se dispone de estadísticas exactas al respecto, pero una encuesta realizada por la campaña internacional Ace Week muestra que cerca del 16 % de las personas asexuales se consideran también arrománticas. Pese a que estos dos términos no tienen por qué aparecer unidos, estos datos nos indican que esta orientación es una realidad para muchas personas.
¿Qué es el espectro arromántico?
Para comprender este término, es importante considerar la noción normativa que tenemos del romanticismo. Es decir, un conjunto de sentimientos y expresiones amorosas que se profesan en el seno de una relación afectiva. Esperamos que todo vínculo de pareja esté marcado por el romance, por una atracción emocional y unos fuertes e intensos deseos de conectarse íntimamente con el otro. El amor romántico nos parece un sentimiento inherente al ser humano y algo imprescindible en una pareja.
Pues bien, el espectro arromántico engloba una serie de orientaciones que se alejan de la concepción anterior, conocida como alorromanticismo. Así, una persona en este espectro es la que no siente atracción romántica, no se enamora, ni tiene interés en vincularse de este modo.
Expresar el amor mediante besos y abrazos, tener intensas emociones románticas hacia otros, sentir "mariposas en el estómago” o mirarse a los ojos con deleite son actividades que sencillamente no despiertan su interés. En suma, no obtienen ningún placer en este tipo de vinculación.
Ahora bien, esta clase de definición genérica puede dar lugar a confusiones y malentendidos. Por ello, es importante aclarar algunas cuestiones más acerca del espectro arromántico y quienes forman parte de él.
Sí sienten amor
Las personas arrománticas sí tienen sentimientos, sienten empatía y aman. Pueden experimentar afecto por sus familiares, por sus amistades y por cualquier persona cercana igual que todos. Por supuesto, también expresan ese amor que sienten y no hay ningún tipo de disfunción al respecto. Únicamente no tienen sentimientos románticos.
Pueden tener parejas sólidas y duraderas
Al contrario de lo que se suele pensar, quienes forman parte del espectro arromántico, sí pueden establecer relaciones de pareja. Y estas pueden ser tan sólidas, duraderas y satisfactorias como cualquier otra. La diferencia es que no estarán basadas en la atracción romántica, sino en otros puntos como los deseos o los acuerdos.
No necesariamente son asexuales
Es importante, también, diferenciar entre orientación romántica y orientación sexual. Y es que, pese a que algunas personas del espectro arromántico sean también asexuales, no necesariamente tiene que ser así.
Ellas pueden sentir deseo y atracción sexual hacia otros, disfrutar de tener relaciones e incluso implicarse en intercambios como besos, abrazos y caricias y considerarlos placenteros. No obstante, esto no será una expresión de emociones románticas.
El espectro arromántico abarca diferentes realidades
Por otra parte, cabe considerar que hablamos de un espectro y no de una categoría. Es decir, que dentro del mismo hay cabida para matices en cuanto a sentimientos y expresiones afectivas. Por ejemplo, puede que para algunas personas los besos y abrazos sean agradables y para otras no, hay quienes pueden sentir atracción romántica en ciertos momentos puntuales y otros nunca lo hacen.
A este respecto, conviene conocer términos complementarios como el gris-romanticismo o el demirromanticismo. Pero lo cierto es que la vivencia de cada persona es única y no hay puntos que puedan o deban cumplirse en todos los casos.
No tienen interés en el romanticismo
Por último, es interesante desmontar uno de los mitos más comunes respecto a esta orientación. Y es el de pensar que las personas arrománticas odian el romanticismo, sienten repulsión o rechazo hacia esta idea y todas las expresiones románticas. La realidad es que no es así, no se trata de aversión, sino más bien de falta de interés.
La confusión ocurre cuando consideramos el romanticismo como un elemento indispensable en la vida de las personas y en sus relaciones; pero, si lo consideramos un interés más (como puede ser el deporte o las artes) entenderemos mejor que haya para quienes no resulte atractivo ni obtengan placer con ello.
En definitiva, arromanticismo es un término que da cabida a la vivencia de muchas personas, pero no es posible generalizar por completo. Lo más recomendable, si queremos comprender a alguien, entender cómo funcionan sus deseos, sentimientos y necesidades, es comunicarnos de forma clara y respetuosa.