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La influencia de la cultura en la conducta


Reconocer y analizar la influencia de la cultura en la conducta es clave para comprender por qué actuamos como lo hacemos. A pesar de que la sociedad juega un papel importante en nuestro proceder, por lo general, nos inclinamos a pensar que nuestros actos tienen un origen puramente biológico.

Sin embargo, el comportamiento humano no está mediado solo por factores genéticos o biológicos, también lo está por factores sociales y culturales. Estos últimos son los que les confieren singularidad a nuestras acciones, por eso de un país a otro el comportamiento de las personas es distinto, aunque las situaciones sean las mismas.

En este artículo revisaremos, en primer lugar y de manera breve, qué es la cultura y cuáles son sus características. Luego, nos detendremos a analizar con detenimiento cómo influencia nuestras conductas. Profundicemos.
¿Qué es la cultura?

Difícilmente comprenderemos la influencia de la cultura en la conducta si antes no definimos qué es la cultura y cuáles son sus características. Tener claro este concepto es fundamental para ir trazando el camino que nos llevará a entender cómo nos afecta a nivel comportamental.
De acuerdo con la Enciclopedia Humanidades, la palabra cultura viene del latín cultus que se traduce como ‘cultivar’, ‘labrar’ o ‘cuidar’. En este sentido, la cultura alude al acto de cultivar el conocimiento y la educación en un pueblo. Podríamos decir que es el cultivo del hombre en la sociedad.

En términos más formales, podemos entender la cultura como un conjunto de ideas compartidas, significados y valores adquiridos por los individuos de una sociedad. Por otro lado, Francisco Morales en su libro Psicología social define a la cultura como lo que se transmite o construye socialmente, como la constelación de prácticas, competencias, ideas, esquemas, símbolos, valores, normas, instituciones, metas y reglas.
Características de la cultura

Partiendo de las definiciones anteriores y de un artículo publicado en Entorno, sostenemos que las principales características de la cultura son las siguientes:

    Se asimila o aprende. Desde antes de nacer estamos influidos por una cultura.
    Se hace, no se nace con la cultura.
    No es instintiva o biológica.
    Es dinámica y progresiva.
    Varía de una sociedad a otra.

Aunque sea diferente de una comunidad a otra, podemos delimitar ciertos componentes que todas tienen en común. Tal y como lo señala la Enciclopedia Humanidades, todas las culturas comparten:

    Símbolos que son reconocibles por toda la comunidad.
    Un idioma particular.
    Un modo de ser.
    Sistemas de creencias que le da una dirección a la vida de las personas.
    Valores y normas que regulan el comportamiento.
    Costumbres como la música, la comida…
    Celebraciones colectivas.
La influencia de la cultura en la conducta

La cultura impacta nuestras conductas de distintas formas. Su influencia no se reduce a una sola vía de actuación, por el contrario, apela a distintos componentes que la constituyen para activar ciertos patrones conductuales. Veamos algunos de ellos y la forma en que nos afectan.
La cultura y los símbolos

Los seres humanos creamos una realidad colectiva, un mundo desbordado de significados, interpretaciones y sentidos. Para hacerlo, tomamos los elementos de la vida social (gestos, posturas, miradas…) y las convertimos en símbolos, tal y como afirma Morales en el libro de Psicología Social.

La influencia de la cultura en la conducta se da a través de las representaciones simbólicas que construimos y compartimos como seres sociales. Estas manifestaciones simbólicas conllevan ciertos modos de actuar. Por ejemplo, cuando vemos la bandera de nuestro país y escuchamos nuestro himno, asumimos ciertas posturas o actitudes patrióticas que afectan la manera en la que nos comportamos en ese momento.
Las palabras, los gestos, las imágenes, los objetos son ejemplos de símbolos que pueden influir en nuestros comportamientos. Muchos de estos símbolos vienen emparejados también a determinadas prácticas que nos llevan a reafirmar nuestra propia cultura.
La cultura y las normas

La influencia de la cultura en la conducta se observa también mediante el cumplimiento de las normas. Las reglas y las expectativas que permean la cultura hacen que las personas actuemos de modo que validemos los principios que rigen nuestra vida en sociedad.

Algunas normas son prohibitivas, por ejemplo, en algunos países o comunidades, las mujeres tienen prohibido trabajar. Otras normas son de carácter prescriptivo, es decir, señalan lo que se debe hacer en ciertas situaciones, por ejemplo, ayudar a una persona que ha tenido un accidente.
Sin importar el tipo de norma, estas siempre nos van a decir, entre otras cosas, qué hacer y qué no hacer, con lo cual recibimos la influencia de una cultura que orienta nuestros modos de comportarnos.
La cultura y los valores

En el libro de Psicología social, que ya hemos mencionado en varias ocasiones, se recoge una definición de los valores muy útil. Se entiende que son modelos culturalmente definidos con los que evaluamos lo que es deseable, sirviéndonos al mismo tiempo como una guía para la adaptación en sociedad.

Así pues, los valores facilitan la interacción entre el individuo y la realidad social, y así lo afirma un artículo publicado en Infancia y Aprendizaje. Gracias a ellos, podemos construir una noción del mundo que orientará nuestros modos de experimentar lo que nos sucede y la forma en que respondemos ante las circunstancias de la vida cotidiana.
A través de los valores de una sociedad, la cultura moldea la conducta de los sujetos, reforzando aquello que para ella es importante. Pongamos un ejemplo, si para una comunidad el valor de la solidaridad es fundamental, buscará, mediante sus leyes o actividades culturales, favorecer que todo el mundo le dé un peso importante a este valor en la toma de decisiones.

Veamos un ejemplo más cercano y evidente. En la actualidad, parece que en muchas culturas el consumo se ha convertido en un valor tan central para la vida que los individuos no piensan en otra cosa que no sea consumir. Para nadie es un secreto que los fines del mercado influyen sobre nuestros comportamientos a través del bombardeo publicitario. La cultura del consumo afecta lo que hacemos y pensamos.
La cultura y las creencias

La influencia de la cultura en la conducta se da también mediante las creencias. La terapia cognitiva-conductual nos ha dicho innumerables veces que cómo pensamos influye, y mucho, en cómo nos comportamos. Nuestras creencias detonan experiencias y acciones.

Las creencias culturales son tomadas como ciertas por todos o la mayoría de las personas. Son muy específicas y hacen referencias a asuntos muy concretos que son reconocidos por los miembros de una sociedad. Estas creencias nos hacen emitir juicios que de uno u otro modo influyen sobre nuestra conducta.
La conducta, un reflejo de la cultura

Nuestros patrones conductuales no solo tienen un sustento cognitivo o biológico, sino que también tienen un fundamento cultural. La cultura nos moldea, nos forma, nos hace sujetos de una determinada comunidad o sociedad.

La influencia de la cultura en la conducta no es poca ni mucho menos trivial. Y aunque en ocasiones pase desapercibida, siempre está ahí, detrás del telón, predisponiéndonos a actuar de ciertos modos que la transmiten de una generación a otra.


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