Edward Tenner fue profesor en la Universidad de Princeton, para después iniciar una exitosa carrera como consultor independiente. Además, tiene algunas de las conferencias más vistas en la plataforma TED. Entre ellas destaca su charla sobre la paradoja de la eficiencia.
La paradoja de la eficiencia es un concepto que intenta ampliar nuestra perspectiva frente a eso que conocemos como rendimiento. En la actualidad, la eficiencia no solo gusta, sino que es el norte para muchas empresas a la hora de establecer salarios o realizar contrataciones.
Lo que plantea Edward Tenner es que a veces la fijación que pueda existir alrededor de la eficiencia puede hacer que tanto individuos como organizaciones se tornen ineficientes. En eso consiste la paradoja de la eficiencia.
"En resumen, para ser verdaderamente eficientes, necesitamos una ineficiencia óptima. El camino más corto puede ser una curva, en lugar de una línea recta”.
La eficiencia
La eficiencia es una especie de ecuación en la que el axioma básico es "más y mejores frutos por menos inversión de recursos”. Más tareas completadas en menos tiempo; más objetos producidos por menos dinero; más logros alcanzados con menos esfuerzo… Es el mundo de los más y los menos alrededor de variables que suelen estar asociadas de manera positiva: por ejemplo, lo habitual es que al estudiar más horas, obtengamos mejores notas; que al trabajar más horas, nos paguen más.
Las nuevas tecnologías nos han hecho más eficientes en muchos sentidos -por ejemplo, podemos pasarle un corrector ortográfico a este artículo e identificar si hay algún error antes de publicarlo-. En los supermercados, la persona que nos procesa la compra no tiene que realizar la suma de nuestro carrito, sino que hay una máquina que lo hace por ella en mucho menos tiempo y cometiendo muchos menos errores de los que cometería el empleado si tuviera que hacer la suma a mano.
Sin embargo, Edward Tenner advierte que la eficiencia también tiene su lado oscuro. El axioma del más por menos entraña riesgos que muchas veces pasan desapercibidos. Hoy sabemos que pocos avances se logran si pagar un precio.
Una historia ilustrativa
Para introducir su concepto de la paradoja de la eficiencia, Edward Tenner habla de la historia de las patatas. Recuerda que este tubérculo tuvo su origen en los Andes y desde allí llegó a Europa. Señala que este alimento tiene una gran calidad nutricional. En su momento, el rey Federico de Prusia la consideró la clave para que sus súbditos ganaran en salud.
Este hecho coincidió con otro: los prusianos tomaron prisionero a un científico llamado Parmentier. Este verificó que la patata mantenía a todos los presos saludables. Al salir de la cárcel, introdujo la patata en Francia. La fama de la patata comenzó a crecer y en Irlanda fue considerada incluso como una especie de milagro.
Sin embargo, en el fondo existía un riesgo asociado al consumo masivo que nadie estaba teniendo en cuenta. Las patatas de Irlanda eran genéticamente idénticas. Por lo tanto, si una plaga afectaba a una patata, terminaría afectándolas a todas, como en efecto ocurrió.
Esto llevó a que murieran alrededor de un millón de personas y otros dos millones tuvieran que emigrar. O sea que la planta que debía acabar con el hambre terminó ocasionando una tragedia.
La paradoja de la eficiencia
Además de la patata, han existido otras muchas soluciones mágicas en las que hemos podido ver reflejada la paradoja de la eficiencia. Un ejemplo clásico es el del armamento. La evolución del mismo solo ha hecho que se perdieran más vidas humanas.
En la actualidad, dice Edward Tenner, los datos parecen ser el nuevo dios inspirador de la humanidad. Sin embargo, muchos de los análisis que se están realizando para tomar decisiones, dejan poco espacio para las habilidades netamente humanas, como la intuición o la imaginación -con los datos, puede ser sencillo elegir la mejor solución de todas las que se han probado, pero puede no ser tan sencillo imaginar cómo serían los resultados de implementar una nueva-. Esto, con frecuencia, tiene como resultado lo que Tenner llama "ineficiencia inspirada”.
Parecemos haber olvidado que a veces la mejor manera de hacer las cosas es tomando el camino difícil. A lo largo de la historia, en múltiples ocasiones han sido los errores, y no la absoluta eficiencia, lo que ha producido grandes descubrimientos, creaciones y avances. Así mismo, por poner otro ejemplo, se ha comprobado que escribir a mano puede ayudar mucho más a nuestra memoria que tomar notas en un teclado.
Los ejemplos que aporta Tenner son muchos. Todos se orientan en una misma dirección: "más por menos” no es una función perfecta. De hecho, puede convertirse en un camino hacia el estancamiento o la mediocridad.
Error, dificultad y algo de caos son fuentes de inspiración. La precisión y el control también pueden producir resultados más pobres. Esa es la paradoja de la eficiencia.