Decía Stephen Chbosky, en el clásico libro Las ventajas de ser un marginado, que las personas «aceptamos el amor que creemos merecer». Pocos razonamientos son más acertados. Son muchos los que se ofrecen un pedazo de su vida, de su tiempo y energía a relaciones del todo infelices porque asumen, sencillamente, que no pueden aspirar a nada mejor.
El miedo a la soledad o incluso la inercia casi inconsciente a la hora de derivar en las mismas parejas dañinas son fenómenos muy frecuentes. Es más, un hecho que observamos con frecuencia entre los adolescentes y adultos jóvenes es el aumento de la violencia física y psíquica. El ideario del amor romántico y la dependencia emocional siguen trazando vínculos muy lesivos.
Enamorarnos es algo sencillo, nos arrastra y quedamos supeditados a una deriva química de lo más cegadora. Nos sentimos más vivos que nunca y muchas otras realidades se desdibujan por completo. Nuestra sociedad nos ha narcotizado con mitos sobre el amor de lo más peligrosos, descuidando a menudo educarnos en el pilar más decisivo en lo que se refiere a las relaciones afectivas.
Hay un «sexto lenguaje del amor» del que tenemos que hablar…
Los 5 lenguajes del amor que (seguramente) ya conoces
Hay quien dice quererte, pero en realidad, no te quiere bien. No al menos de la manera correcta, es decir, siendo capaces de aplicar ese afecto en el cual, uno puede quedarse a vivir sintiéndose respetado, cuidado y valorado.
Una de las áreas en las que más solemos fallar las personas es en la responsabilidad afectiva y esta brecha da paso a una amplia multitud de dinámicas desgastantes.
Podríamos decir que uno de los libros que más ha ayudado a varias generaciones de parejas en esta y otras áreas es Los 5 lenguajes del amor de Gary Chapman. Este pastor bautista, orador y consejero matrimonial, no solo se alzó como uno de los autores más vendidos. También nos ofreció unas pautas para fortalecer los vínculos afectivos, resolver conflictos y trazar relaciones más felices.
Si deseamos comprender cuál es el «sexto lenguaje del amor», debemos repasar los cinco primeros…
1. Palabras de afirmación
Sabemos que la comunicación es la herramienta que vertebra toda relación satisfactoria y feliz. Sin embargo, dentro de la propia comunicación están las palabras que validan, que acarician sin necesidad de contacto físico y que nos ofrecen aliento, motivación.
Si amamos debemos saber verbalizar nuestro afecto mediante el apoyo y ese cariño que, con frases no muy largas, reafirma a diario el amor. «Me encanta cómo tratas a los demás», «estoy orgulloso de ti», «tienes mi apoyo en lo que decidas», etc.
2. Contacto físico
Una pareja es una alianza entre dos personas que conjugan la amistad con el deseo sexual, el afecto y el contacto físico. Porque las caricias, los abrazos, los besos y el sexo son ese lenguaje indiscutible y esencial que edifica una relación. Tal y como nos explican en un estudio de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, esos toques cariñosos, ese contacto de la piel y el cuerpo, mejora la intimidad y el bienestar de la pareja.
3. Tiempo de calidad
Para que una relación tenga éxito y nos sintamos realizados en ella, no basta solo con estar presente. Es cierto que, a menudo, la vida con todas sus rutinas, presiones y ruido exterior puede hacer que las horas compartidas sean más escasas de lo que desearíamos. Sin embargo, si hay voluntad, podemos arrancar tiempo a nuestras jornadas y disfrutarlo; hacer de un instante un momento mágico.
l amor requiere ser constructores de un tiempo de calidad creado entre dos, respetando espacios, pero conjugando experiencias de las que no se olvidan. Esas que edifican una relación en la que vale la pena trabajar.
«El amor es una elección que haces todos los días».
-Gary Chapman-
4. Actos de servicio
¿De qué manera le demuestras a tu pareja que la quieres? ¿Cómo le haces ver que puede confiar en ti y que eres su mejor apoyo? Pensemos en ello. Porque ningún vínculo se sostiene si no estamos dispuestos a llevar a cabo tareas por la otra persona. Y no nos referimos solo a las responsabilidades del hogar como fregar los platos.
Los actos de servicio son acciones con las que demostrar interés, afecto y preocupación por la persona amada cada día.
5. Los regalos
Un regalo no es algo que hacemos por el otro para recibir algo a cambio. Gary Chapman nos explicó que los regalos son muestras con las que expresar nuestro afecto a quien vive en nuestro corazón. A veces, será algo material, pero en la mayoría de las ocasiones son gestos inesperados, detalles románticos que despiertan sonrisas y emociones positivas.
El «sexto lenguaje del amor»: el amor a ti mismo
«Por amor, –señala Chapman- escalaremos montañas, cruzaremos mares, atravesaremos arenas del desierto y soportaremos indecibles dificultades». Esta idea, esta frase, tiene una gran belleza, pero debería ser completada con una idea muy sencilla: «lo haremos sin olvidarnos de nosotros mismos, sin dejarnos de lado».
Porque el sexto lenguaje del amor, el cimiento sobre el cual debe edificarse toda relación, es el amor hacia uno mismo. Porque sin amor propio damos paso a esos vínculos abusivos de los que hablábamos al inicio. Si un buen autorrespeto, sin una autoestima sana y el aprecio hacia el propio ser, seguiremos dando validez a los mitos del amor romántico.
También continuaremos buscando el amor que creemos merecer y no el que merecemos de verdad. Está muy bien saber cómo cuidar una relación, tal y como nos enseñó Gary Chapman, pero no descuidemos ese pilar que todo lo sustenta. Veamos cómo edificarlo:
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Amar también es cuidar de uno mismo para que una relación de pareja sea satisfactoria y feliz.
La mejor historia de amor se inicia queriéndote a ti mismo
El sexto lenguaje de amor debe recordarnos cada día que somos dignos de ser amados. Y esta verdad, este axioma, se nutre mediante una serie de claves en las que vale la pena reflexionar:
Quererse es mostrarse a los demás tal y como somos.
Es sanar nuestras heridas del ayer para despertar nuestras valías y fortalezas.
Amarse es dejar de tener miedo al fracaso y encontrar el impulso por lograr aquello que deseamos.
Amor propio es saber entender nuestras emociones, regularlas y hacer uso de una buena comunicación emocional.
Quererse es aceptar que habrá personas a las que no les agrade nuestra manera de ser. No estamos obligados a complacer a todo el mundo.
El afecto a uno mismo implica sentirnos competentes, capaces de luchar por aquello que deseamos.
Amor propio es recordar que merecemos que nos traten con el mismo respeto que tratamos a los demás.
Para concluir, al igual que es necesario querernos, valorarnos y respetarnos, es recomendable que nuestras parejas también se quieran a sí mismas. El sexto lenguaje del amor nos recuerda que quien no se quiere a sí mismo espera que los demás le den aquello que no se ofrece.