Gracias al acceso a las nuevas tecnologías e Internet disfrutamos de una gran cantidad de beneficios en diferentes ámbitos. Podemos enviar y recibir información en múltiples formatos, entretenernos y hasta comunicarnos con personas de todo el mundo. No obstante, Internet también tiene un lado oscuro, ese desde el que se esconden los abusadores y manipuladores emocionales y donde surge el grooming.
Grooming es un término anglosajón que se utiliza para denominar al acoso sexual a menores a través de la red. Se trata de una forma de bullying digital, en el que una persona adulta o abusador se vale de las nuevas herramientas tecnológicas y redes sociales para atraer y ganar la confianza de menores con el fin de obtener concesiones de tipo sexual.
Algunas de las formas que puede adoptar el grooming son las siguientes:
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Pedir a los menores que envíen fotografías o vídeos desnudos a través de engaños.
Obtener la información necesaria para lograr un encuentro físico con el menor y abusar de él.
Mentir al menor para lograr un encuentro físico y utilizarlo para la prostitución infantil.
Los adultos que llevan a cabo esta práctica utilizan un gran repertorio de estrategias de manipulación y control, así como el uso habitual de la mentira para atraer y crear confianza en sus víctimas. A continuación, te explicamos de forma detallada cómo se origina este tipo de acoso y cómo prevenirlo.
"El estado del bienestar entraña a la protección de la mayoría débil”.
-Tony Judt-
¿Cómo se da el grooming?
El modus operandi de este tipo de abusadores comienza contactando con el menor para obtener más información sobre él, a través de engaños y amenazas. Para ello, la mayoría de las veces utilizan perfiles falsos por diferentes medios como pueden ser Facebook, Instagram, Skype, Whatsapp o incluso, videollamadas.
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Niño con una tablet
El primer objetivo es ganarse la confianza del menor. Luego comienza a convencerlo de que haga lo que desea, ya sea tan solo hablándole o mediante regalos. Y, finalmente le dice que le va a hacer daño, a él o a su familia. Además, puede amenazar al menor con publicar las imágenes o vídeos que haya obtenido, de tal forma que este se sienta chantajeado.
En ocasiones, el grooming no se da exclusivamente en el mundo real. El abusador puede pedirle fotos al menor o hacer una videollamada. Y si el encuentro es físico puede llegar a abusar de él o utilizarlo para prostitución infantil.
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Cómo prevenir el grooming mediante un uso seguro de la tecnología
Ahora que ya sabemos que el primer contacto con los acosadores comienza a través de la web. Para acceder a Internet, es necesario usar dispositivos tecnológicos, como móviles, tabletas y ordenadores. Por eso, se puede evitar el grooming si enseñamos a los menores cómo usar estos elementos. Por ello es importante:
Establecer hábitos de navegación seguros. Es vital pautar normas sobre el tiempo en el que los menores permanecen conectados y a qué contenido pueden acceder. Esto fomenta un uso responsable y evita que entren en sitios que no sean seguros.
Enseñarles el uso de las nuevas tecnologías. Es necesario indicarles cómo usar las nuevas tecnologías, y que el acceso a las mismas sea progresivo, de acuerdo con su edad. Por ejemplo, a un niño de 5 años no lo debemos dejar solo con un dispositivo y hay que restringir las páginas que usa para evitar que esté en riesgo.
Enseñarles la importancia de no compartir la información personal. Se trata de hacerles saber que la información personal no se debe proporcionar por ningún medio. Esto evita que los abusadores tengan un acceso fácil a material con el que luego les puedan chantajear.
Como vemos, enseñarles a manejar las nuevas tecnologías y decidir cuándo pueden usarlas y acceder a las redes sociales es tarea de los adultos. Ahora bien, hay otros elementos para evitar el acoso virtual. Uno de ellos es la comunicación asertiva.
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Otras claves para prevenir el grooming
La comunicación asertiva permite expresar aquello que deseamos transmitir a los demás de manera adecuada y que estos a su vez lo comprendan. Por ello, es una buena herramienta para informar a los más pequeños sobre el grooming y todo tipo de conductas abusivas y de manipulación por parte de otras personas.
Además, a través de la comunicación asertiva incentivamos que nos cuenten situaciones que consideran sospechosas o con las que no se encuentran demasiado bien. Incluso, fomentamos que nos cuenten sus preocupaciones y dificultades.
Ahora bien, no hay que exagerar. Poner límites no significa no dejarles que hagan uso de la tecnología, ya que es una herramienta útil. Entre otras cosas, por ejemplo, promueve el aprendizaje. Nuestro papel consiste en transmitirles de la mejor manera posible cómo deben hacer uso de esta y qué cosas son aptas para su edad.
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Por otro lado, puede ser que nos cueste hablar de sexualidad con ellos, pero es un asunto importante. Por ello, es mejor dejar a un lado los prejuicios que tengamos sobre este tema y hablar con ellos de forma clara y sencilla, utilizando un lenguaje que puedan entender y adaptado a su edad.
Para prevenir el grooming, podemos comunicarles en qué consiste la sexualidad de forma natural. Así, fomentaremos su aprendizaje sobre las relaciones para diferenciar una relación saludable de la que no lo es. Además, gracias al establecimiento de una comunicación basada en la confianza podrán acudir a nosotros si algo les parece raro o curioso.
Madre hablando con su hijo
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¿Qué hacer en caso de grooming?
Algunas de las estrategias más eficaces para poner en marcha en situaciones en las que se está dando el grooming son las siguientes:
Intenta mantener la calma para ayudar a la víctima. Si ves que no puedes manejar la situación, llama a personas cercanas o busca ayuda psicológica para que te indiquen cómo actuar. No obstante, no culpes ni recrimines al menor.
Denuncia, incluso si te han amenazado. No respondas a ningún chantaje. Denuncia. Hay personas especializadas que te podrán ayudar y encontrarán la mejor forma de resolver el problema.
Busca ayuda psicológica para tu hijo. Para enseñarle cómo afrontar la situación, puedes buscar ayuda profesional. Un psicólogo ayudará a tu hijo a comprender la situación además de enseñarle diversas estrategias y herramientas para afrontarla.
Brinda seguridad al menor. Hazle saber que tiene tu apoyo y si ha sido él quien te lo ha contado, trata de transmitirle que ha hecho bien. Esto le ayudará a liberar parte de la culpa que sienta.
Todos nos podemos ver envueltos en una situación como el grooming. Antes de sentirte culpable intenta buscar una solución y si no te sientes capaz, acudir a un profesional especializado será de gran ayudado. No estás solo.
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Por último, recuerda que es posible prevenir esta situación si estableces una bases fuertes de confianza y seguridad con los más pequeños, además de transmitirles como usar las nuevas tecnologías y en qué consiste una relación saludable.
"Si estás atravesando un mal momento sigue caminando; lo malo es el momento, no tú”.
-Anónimo-