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Phubbing: cuanto el móvil destruye las relaciones


La tecnología nunca deja de sorprendernos. Cada año surgen interminables listas de nuevos teléfonos, ordenadores y tabletas, a cada cual más moderno. Lo mismo ocurre con los programas para los mismos, que no paran de ofrecernos ventajas a la hora de comunicarnos con los demás. Es irónico que aquello que nos conecta con los que están lejos, nos aleje de los que están cerca. El Phubbing ha llegado para quedarse.

La aparición de los primeros teléfonos móviles fue una auténtica revolución. Todo el mundo comentaba lo fácil que era poder entablar conversaciones con personas que vivían a cientos o miles de kilómetros. El llevar a todos lados ese elemento maravilloso propició la creación de nuevos modelos, más pequeños y ligeros.

Lo que un un principio había surgido como una novedad se ha ido convirtiendo poco a poco en una adicción llamada Phubbing. En personas que hacen colas de horas en establecimientos para poder comprarse el último modelo; en adolescentes que solo viven para agradar a los demás en redes sociales y en una alarmante aparición de nuevos trastornos relacionados.

¿Qué es el Phubbing?
La palabra Phubbing surgió en Australia hace algunos años con la unión de los términos phone (teléfono) y snobbing (despreciar). Podemos definirlo como el hecho de ignorar o menospreciar a una persona o entorno por estar centrados en cualquier tipo de tecnología móvil.

La adicción producida por alguno de estos elementos provoca que el individuo se abstraiga de la realidad física y preste más atención a la virtual. Actualmente es algo muy común que afecta a gran parte de la población, generando una auténtica controversia.

Los defensores a ultranza de las nuevas tecnologías alegan que el Phubbing es simplemente un daño colateral. Opinan que es el precio a pagar por estar conectados con el mundo a bajo coste y tiempo real. Los detractores, por el contrario, son bastante críticos con el tema. Creen que la sociedad, especialmente la más joven, puede ver su vida condicionada por esta obsesión.

La polémica ha aparecido no solo por las tendinitis, los problemas de visión o los dolores de espalda, cuello y cabeza relacionados. Cada vez son más los accidentes y atropellos provocados por no prestar suficiente atención a la carretera. La obsesión por conseguir aprobación y popularidad en las redes sociales  ocasiona, además, problemas físicos, psicológicos y sociales. Además, estar más pendiente al móvil que a nuestra pareja, amigos o familiares es una falta de respeto y puede derivar en graves enfrentamientos.
    "El problema real no es si las máquinas piensan, sino si lo hacen los hombres”.

    -B.F. Skinner-

Enfermedades relacionadas con el Phubbing

Existen una serie de patologías relacionadas con las nuevas tecnologías. Si bien el Phubbing es una de las más conocidas, hay otras bastante más graves e inusuales. Por lo general, pueden ser tratadas con ayuda de especialistas, pero debe ser uno mismo el que se de cuenta de que tiene un problema.

FOMO (Fear of Missing out)

Se trata de la necesidad de estar continuamente conectado por temor a perderse algo. La obsesión por acceder continuamente al WhatsApp o a las redes sociales resulta aquí enfermiza. El individuo ni si quiera espera a tener notificaciones, está continuamente actualizando el buscador.

Son personas incapaces de salir de casa sin el móvil, llegando a negarse a ir a otras viviendas u hoteles si estos no tienen WiFi.

Nomofobia
La Nomofobia es el pánico extremo que se experimenta por la carencia de móvil. Suele darse cuando el aparato no funciona o ha sido robado. La gente que lo sufre padece auténticos ataques de ansiedad y terror, que condicionan bastante su percepción ante algo que es fácilmente solucionable.
Al igual que aquellos que sufren FOMO, su principal preocupación es estar perdiéndose algo durante la ausencia de su móvil. Muchas de estas veces, el dinero para repararlo o para adquirir uno nuevo pasa incluso a un plano secundario.
Ciber hipocondría

La Ciber hipocondría es una de las patologías más comunes. Internet es una gran fuente de información, pero hay que dejar claro que no es un médico. Muchas personas prefieren buscar su sintomatología en la red y acaban diagnosticándose a sí mismos enfermedades que no padecen.

La creencia de que cualquier foro o portal es fiable provoca que se conviertan en personas muy hipocondríacas. Piensan que pueden tener cualquier enfermedad, lo cual llega a resultar peligroso si deciden automedicarse.

Síndrome de la llamada imaginaria

También tiene su variante con la denominada vibración fantasma. Las personas que lo padecen oyen llamadas inexistentes debido a su extrema obsesión con el móvil. Aunque este ni siquiera haya encendido su pantalla, el individuo afirma con seguridad el oír el sonido.

Efecto Google

Se trata de uno de los efectos menos conocidos, pero más significativos a largo plazo. El cerebro se acostumbra tanto a consultar información de internet, que deja de asimilar la que descubre de forma normal. A largo plazo puede provocar incapacidad de retención de información, lo que afectaría muy negativamente a nuestra memoria.
Las nuevas tecnologías pueden ayudarnos en muchos aspectos, pero también causarnos problemas. Si prestamos más atención a lo que sucede en la pantalla que a lo que ocurre en la vida real, las consecuencias pueden ser desastrosas. Interactuar con los demás y pensar en nuestra salud son prioridades mucho más importantes que internet, y eso es algo que debemos tener en cuenta.


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