Las emociones juegan un papel central en los trastornos de ansiedad y en los trastornos del estado de ánimo. Es habitual encontrar ambas entidades clínicas agrupadas bajo el paraguas de los ‘trastornos emocionales‘; una idea que en parte se apoya en todos los intentos de buscar un modelo común expiativo. Así nacieron los tratamientos transdiagnósticos o intervenciones transdiagnósticas, entre los que se encuentra el programa EMOTION.
Sumando todas las entidades clínicas que aparecen en los distintos sistemas de clasificación considerados de referencia, nos encontraríamos con una cifra cercana a los 400. Un abanico tan amplio comporta serias dificultades a la hora de establecer su etiología, su validez y su fiabilidad.
Por otra parte, se sabe que existen tratamientos para un determinado trastorno, como la depresión, que también disminuyen los síntomas de otros, como los trastornos de ansiedad.
El transdiagnóstico
¿Cómo se explica que una persona tenga depresión y ansiedad a la vez? La comorbilidad se refiere precisamente a la coexistencia de dos entidades clínicas en una misma persona. Algo hay detrás de este fenómeno que explique por qué se da la comorbilidad.
Y bajo esta premisa encontramos la tesis del transdiagnóstico, que sostiene que existen mecanismos explicativos comunes en diferentes trastornos, y en particular, en los trastornos de ansiedad y en los trastornos del estado de ánimo.
Sesgos cognitivos: un mecanismo transdiagnóstico
Uno de los mecanismos que pueden explicar el origen y la persistencia de los trastornos emocionales son los sesgos cognitivos, que constituyen formas distorsionadas de procesar la información. Así, según Fonseca (2021):
Las personas con ansiedad tienen más sesgos cognitivos y focalizan más la atención en los estímulos amenazantes.
Los diversos trastornos de ansiedad se diferencian por el sesgo cognitivo y el tipo de amenaza. Por ejemplo, en el trastorno de ansiedad generalizada se focaliza sobre preocupaciones futuras; en el TOC, sobre los pensamientos intrusos y en el pánico a las sensaciones de ansiedad.
Por otro lado, las distorsiones cognitivas que se focalizan en la pérdida son factores de riesgo para la depresión. Además, en la depresión también se producen sesgos de memoria y de atribuciones de causalidad.
De esta manera, ante un estímulo estresante y bajo circunstancias de vulnerabilidad, es posible hacer una interpretación de amenaza (me va a atacar) o de pérdida (voy a quedarme solo). Esto puede desencadenar reacciones emocionales normales de ansiedad o de tristeza.
Los sesgos cognitivos tienen que ver con la forma en que atendemos, interpretamos y afrontamos estas reacciones, a la par que ponemos en marcha estrategias de regulación emocional.
El rol desempeñado por las distorsiones cognitivas es clave para la aparición de los trastornos emocionales en la infancia y la adolescencia
– Muris –
Los trastornos emocionales también afectan a los niños
La ansiedad y la depresión pueden coexistir, incluso en los niños.
Regulación emocional
Según Nolen-Hoeksema, «la regulación emocional consiste en los procesos que las personas desarrollan para modular sus emociones y así responder a las demandas ambientales». Existen 4 grandes estrategias de regulación emocional: la rumiación, la supresión, la desactivación y la evitación. ¿Cómo se relacionan con los trastornos de ansiedad y la depresión infantil?
La rumiación y la evitación son precipitantes frecuentes y recurrentes de síntomas ansiosos y depresivos.
Cuadros clínicos significativos, como la depresión o los trastornos de ansiedad, favorecen estrategias de afrontamiento como la rumiación o la evitación.
Por ejemplo, se ha visto que la administración de terapia cognitivo-conductual para tratar síntomas de ansiedad en la infancia, ejerce, además, un efecto protector contra la aparición de depresión en la adolescencia.
EMOTION: un programa para niños con ansiedad y depresión
El programa EMOTION es una forma de tratamiento intensivo en 20 sesiones de carácter grupal, y está destinado a niños con edades comprendidas entre los 8 y los 13 años que presentan síntomas de ansiedad y/o depresión. Se realizan dos sesiones a la semana, que duran entre 45 y 60 minutos.
El objetivo es que los pequeños adquieran un amplio elenco de habilidades, incluso anticipando el hecho de que puedan faltar a alguna sesión. Se realiza en el contexto escolar y los padres juegan un papel importante, incorporándose en sesiones específicas.
En el programa EMOTION, todas las sesiones comienzan con un diálogo alrededor de los sucesos positivos que han ocurrido desde el último encuentro. Y está dividido en dos grandes bloques de 10 sesiones cada uno.
Las 10 primeras sesiones
En las 10 primeras sesiones se enseñan habilidades que permitan a los niños manejar sus síntomas de ansiedad y de depresión:
En la sesión 1 se busca fomentar la cohesión del grupo, de aproximadamente 6 niños, a través diversas dinámicas. También se definen las normas y se puntualiza la importancia de hacer las tareas para casa. Se comienza con una primera metáfora: «las gafas de sol».
La metáfora de las gafas de sol permite comprender cómo los sentimientos negativos pueden modificar las interpretaciones que realizamos en distintas situaciones
– Fonseca –
En la sesión 2, a través de la metáfora de «las tres c» se explica cómo se relacionan entre sí los pensamientos, las emociones y la acción. También se emplea el termómetro de sentimientos para que asignen un valor a las emociones que sienten en función de su intensidad (de forma que el 0 sería ‘sin intensidad en la emoción’ y 5 ‘muy fuerte’).
En la sesión 3 se presenta la metáfora del «detective de emociones». El objetivo es que los niños sean capaces de ver los vínculos entre las sensaciones físicas que están experimentando, sus emociones y los comportamientos.
En la sesión 4 se establecen objetivos específicos y personalizados para cada niño.
Las sesiones 5, 7, 8 y 9 están enfocadas en el desarrollo de habilidades y estrategias de solución de problemas, a través de ejemplos que se trabajan en el grupo.
La sesión 6 se centra en la reestructuración cognitiva, que se realiza a través de la conexión entre los pensamientos y los sentimientos.
En la sesión 10 se vuelven a establecer objetivos específicos y personalizados para cada niño.
A través de las metáforas los niños son capaces de entender mejor el contenido de las sesiones
El programa EMOTION ahonda en los sentimientos, pensamientos y emociones infantiles
Los últimos encuentros del programa son aprovechados para que los niños exterioricen sus emociones negativas.
Las 10 últimas sesiones
En las sesiones siguientes (de la 11 a la 20) se realizan ejercicios de reestructuración cognitiva y de exposición, centrados en el conjunto de problemas específicos que manifiesta cada niño. En la duodécima sesión se introduce la última metáfora: «el monstruo de la basura».
La metáfora del «monstruo de la basura» se utiliza como una analogía del diálogo interno negativo. A través de esta los niños consiguen adoptar una perspectiva más distante del problema; exteriorizan sus pensamientos negativos, englobándolos y concediéndoles la apariencia de un monstruo, al mismo tiempo que posibilita debatirlos y cuestionarlos. Asimismo, para potenciar el estado de ánimo se introducen ejercicios de activación conductual.
El programa EMOTION es prometedor. Después de llevar a cabo una intervención de este tipo, se han encontrado reducciones significativas de los síntomas que se han asociado de manera clásica a la ansiedad y a la depresión.