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Terapia de pareja centrada en las emociones: reparar la conexión


Si hay una experiencia mágica y extraordinaria es la de sentir que conectamos emocionalmente con alguien, que nuestros anhelos encajan con los de otra persona. Es experimentar esa conjunción química, eléctrica casi, en la que los sentimientos se vuelven más intensos, se apaciguan los miedos y, de pronto, tenemos la sensación de haber encontrado un refugio, un hogar.

Porque amar es trazar un vínculo de unión con alguien para sentirnos seguros, unidos con una persona que nutre muchas de nuestras necesidades. Lejos de ver estas dinámicas como una forma de dependencia, debemos recordar que toda relación saludable se edifica gracias al apego. Eso sí, hablamos de un apego seguro, maduro y consciente.

Por ello, cuando una relación afectiva se tambalea, lo que vemos muchas veces es una «corrupción» de ese tipo de apego. Hay una rotura de la confianza y el desborde de unas emociones dominadas por el resentimiento y la desafección. Son distorsiones relacionales que, a pesar de todo, pueden sanarse y, para ello, existe un tipo de terapia tan interesante como efectiva.
erapia de pareja centrada en las emociones: ¿qué es?

La terapia de pareja centrada en las emociones es un modelo terapéutico breve que busca mejorar el apego y la vinculación entre las personas. Este enfoque fue desarrollado por Susan M. Johnson, profesora emérita de psicología clínica en la Universidad de Ottawa. Su libro, La práctica de la terapia de pareja enfocada en las emociones, publicado en 1996, es toda una referencia en este campo.

Algo que se aprecia con frecuencia en las parejas que están en crisis es una ruptura en su compromiso emocional. Aunque siguen necesitándose el uno al otro, entre ambos se abren la desconfianza, el rencor y las palabras dañinas que buscan culparse el uno al otro de mil dimensiones. La comunicación se vuelve ineficaz y lo que se experimenta en cada momento es una angustia profunda.

La doctora Johnson describe este modelo de terapia como un viaje a través del cual reparar la relación a través de las emociones. Estamos ante un enfoque psicoterapéutico de gran valor que busca alcanzar una serie de objetivos.
Propósitos terapéuticos

El propósito más decisivo en la terapia de pareja centrada en las emociones es pasar del aislamiento a la recuperación de la conexión emocional. Toda crisis relacional sume a sus protagonistas en esos rincones de desafecto desde los cuales ambos se miran con rencor y desconfianza. Facilitar un progresivo acercamiento no es fácil, pero si se abordan una serie de esferas, ese tránsito será efectivo.

    Esta terapia busca reparar el compromiso emocional de la pareja.
    Otro objetivo es desactivar las conductas defensivas para dar paso a una actitud más abierta y empática. Debe lograrse que la pareja sea capaz de dejar a un lado los resentimientos para asumir riesgos el uno por el otro.
    Mejorar la comunicación emocional.
    Romper el ciclo de la atribución de la culpa para sustituirlo por la comprensión y la búsqueda de soluciones.
    Asimismo, también se enseña a la pareja a no proyectar la rabia en el otro. En su lugar, se les habilita para que expresen sus miedos, sus enfados, sus necesidades y carencias.

    La experiencia emocional de cada miembro de una relación en crisis debe ser validada y comprendida en la terapia de pareja centrada en emociones.

Las 6 fases para reparar una relación de pareja

La terapia de pareja centrada en las emociones es un modelo basado en la evidencia científica que cuenta con una buena validez y fiabilidad. Estudios como los realizados en la Universidad Ottawa, por ejemplo, destacan su eficacia no solo para el área de las relaciones de pareja, sino también para dinámicas familiares.
La estrategia en la que se basa parte de seis etapas, de seis tipos de intervención gracias a las cuales ir reparando el vínculo. Las analizamos.
1. Reflexión: ¿qué ocurre en esta relación?

La primera fase de la terapia de pareja centrada en emociones es que el terapeuta comprenda la realidad de esas personas en crisis. Ahora bien, no basta solo con que se haga un lienzo detallado de esos problemas que quiebra el vínculo de dicha pareja.

El profesional debe mediar y crear un espejo para que las personas expresen sus pensamientos, emociones y necesidades. El espacio terapéutico debe ser un escenario seguro y libre donde puedan reflejarse esas realidades internas que rompen el vínculo entre esas dos figuras.
2.  Validación emociones

La terapia de pareja centrada en emociones hace ver a las personas que cada experiencia, emoción y necesidad sentida es válida. Es lícito si uno se siente solo porque opina que el otro no lo tiene en cuenta. Es respetable que el otro se sienta cuestionado, celoso o agobiado. Toda experiencia y sensación es importante, válida y debe ponerse sobre la mesa.

Comprender que todo lo que sentimos es decisivo y respetable, genera un espacio para la libertad que deja atrás la crítica mutua para buscar soluciones. Es dar información para saber por dónde debemos empezar.
3. Respuestas evocativas

Las respuestas evocativas son explicaciones asertivas, claras y meditadas de lo que uno siente. Implica involucrarse en una comunicación emocional respetuosa, pero valiente, con la que expresar lo que duele, molesta, preocupa o inquieta.
4. Toma de conciencia

La crisis y la distancia entre una pareja no se resolverán si cada uno de ellos no toma conciencia de toda realidad emocional. De la propia y la ajena, de las que le atenazan a uno mismo y las que sufre el otro. Sin esa capacidad para tomar contacto, aceptar y entender el clima emocional que les envuelve, el apego y la vinculación no se restaurarán.
5. Acciones empáticas

¿Qué acción podríamos llevar a cabo para demostrarle a la otra persona que entendemos lo que siente y que deseamos mejorar las cosas? Las acciones empáticas son conductas que buscan conectar emocionalmente con el ser amado y generar un cambio en positivo. Uno que permita reparar los problemas que nos separan.

En esa labor emocional y conductual los esfuerzos deben ser compartidos. Para ello, deben movilizarse múltiples áreas psicológicas: comprender lo que nos separa, entender qué necesitamos ambos y qué dinámicas disfuncionales son las que nos separan. Una vez entendidas esas áreas, iniciaremos cambios que generen bienestar y cercanía.
6. Consolidación e integración

A lo largo de todo el proceso terapéutico, surgirán soluciones poco útiles y estrategias altamente eficaces que promoverán la reconstrucción del vínculo. Al final de la terapia, la pareja habrá aprendido nuevas técnicas para consolidar un apego saludable entre ambos. El siguiente paso será integrarlo en el día a día.

Conformar un apego saludable, maduro y basado en una comunicación emocional hábil es el objetivo prioritario en este recurso psicológico tan valioso. La pareja no solo sale fortalecida por un modelo terapéutico basado en las emociones y el apego. Además, adquiere valiosas herramientas de autoconocimiento y de cuidado de esa relación afectiva en la que desea seguir invirtiendo afectos y esfuerzos.


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